miércoles, 17 de octubre de 2012
Greenpeace contra la pesca de arrastre
Activistas de Greenpeace han llevado a cabo hoy una acción contra un barco arrastrero en Tarragona para denunciar que la pesca de arrastre es perniciosa y destructiva, ha informado uno de sus portavoces, Conrado García.
Con esta acción, Greenpeace pide la prohibición de este tipo de pesca por la destrucción que provoca en los ecosistemas marinos y por el futuro de la pesca artesanal.
"Es una pesquería muy agresiva porque no deja nada a su paso, y es muy perjudicial para la pesca tradicional", ha explicado García.
Los activistas, a bordo de embarcaciones neumáticas, han pedido al patrón del barco Xarinola, con base en el puerto de Tarragona, que volviera a puerto y cesara esta práctica que genera graves impactos sobre los ecosistemas marinos.
Con su acción, los activistas, que portaban pancartas con los mensajes "Arrastre = destrucción" y "Esto no es pesca sostenible", pretenden poner de manifiesto el daño causado por los arrastreros costeros, no solo en el litoral catalán, sino en todo el Mediterráneo y por extensión en el resto de mares y océanos.
Esta acción pretende poner de manifiesto el daño causado por todos los arrastreros costeros, no solo en el litoral catalán, sino en todo el Mediterráneo y por extensión en el resto de mares y océanos, por lo que Greenpeace pide su prohibición.
El arrastre costero catalán solo representa el 27,72% del sector pero ocasiona graves impactos que perjudican a todo el sector pesquero y al medio marino ya que destruye los fondos y genera numerosos descartes. Un barco puede capturar más de 50 especies diferentes (muchas de las cuales no son su objetivo) y puede llegar devolver al mar más de la mitad muertas o moribundas. También ejerce una gran presión sobre especies sobreexplotadas como la merluza o la sardina (1), por lo que Greenpeace considera inadmisible que tanto la Generalitat como el Gobierno de España sigan protegiendo esta pesquería tan destructiva y luchando para que se la considere pesca sostenible.
"Existen indicios que apuntan a que muchos motores de estos barcos tienen una potencia mayor a la permitida, lo que unido a la inexistencia de un control efectivo de las profundidades a las que operan (2) supone una combinación letal para nuestros mares", ha declarado Celia Ojeda, responsable de la Campaña de Océanos de Greenpeace.
Como solución al problema del arrastre, Greenpeace demanda el apoyo de la pesca artesanal sostenible que en España representa el 80% de las pesquerías y en Cataluña más de la mitad (52,84%). Es una pesca diaria, con una elevada selectividad, que apenas genera descartes y cuyo impacto en el medio marino es bajo. Sin embargo, a pesar del entramado socioeconómico que genera, la pesca artesanal no está siendo defendida en Europa ni por el Gobierno de España ni por la Generalitat que siguen priorizando la defensa en artes mucho más destructivas.
"Greenpeace demanda que, dentro de las negociaciones de la Política Pesquera Común que están teniendo lugar la pesca sostenible tenga prioridad en el acceso a los recursos, algo que hasta ahora el Gobierno español no ha defendido además de que se excluya de esa definición la pesca que destruye el medio marino y el futuro de las comunidades pesqueras verdaderamente sostenibles", ha añadido Ojeda.
Las anteriores reformas de la Política Pesquera Común (PPC), revisadas en 1992 y 2002, han llevado a la sobreexplotación del 77 % de los stocks pesqueros europeos (3), y han ocasionado una crisis ambiental, económica y social que afecta a miles de personas cuyo medio de vida está estrechamente vinculado a la conservación del mar y los océanos.
"El océano nos pertenece a todos, los pescadores solo tienen una concesión para aprovechar sus recursos a través de la pesca, por tanto, ya que todos tenemos una parte del océano, demandamos que se gestione de manera sostenible para que haya recursos hoy y para las generaciones futuras", ha concluido Ojeda.
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