Tal vez el
elemento del equipo de pesca en el que incide más un correcto mantenimiento sea
el carrete. Hoy en día, gracias a la evolución de los materiales de fabricación
nos encontramos con modelos sellados en los que el mantenimiento es mínimo. Sin
embargo no estará de más que tengamos bien claras cuáles son las pautas a
seguir para que nos ofrezca un rendimiento fiable de forma continuada. Conocer
perfectamente cómo realizar un correcto mantenimiento además de alargar la vida
útil del carrete, nos dará la garantía necesaria de que, llegado el momento, si
nos encontramos con el pez de nuestra vida el carrete no falle en un momento de
máxima exigencia. Por supuesto, el cuidado del carrete no es algo que deba
hacerse únicamente ahora “ a última hora”, deberemos seguir unas pautas que a
continuación le exponemos cada vez que volvamos de pescar.
MANTENIMIENTO
“DIARIO”
Resumimos a continuación una serie de consejos de mantenimiento diario
útiles que le ayudarán a mantener su carrete como el primer día por mucho más
tiempo.
– Si el carrete le cae al agua, séquelo bien antes de guardarlo.
Guardar un carrete húmedo es casi como tirarlo a la basura. Esto es mucho más
preocupante en el caso de que el carrete se hubiera caído en agua salada (la
cual es, sin duda, mucho más corrosiva). Por lo tanto, comprobaremos siempre
que el carrete está seco y lo haremos sobre todo si lo vamos a guardar durante
un largo periodo. Para secarlo, conviene dejarlo al aire libre, sin la acción
directa del sol ni de cualquier otra fuente de calor directa.
– En caso de que
el carrete disponga de algún tipo de mecanismo para ajustar la presión del
freno, se guardará siempre ajustado a la mínima presión, para que no se
mantenga forzado durante largo tiempo.
– Debemos intentar no desarmar el carrete
de forma seguida, puesto que corremos el serio riesgo de que desgastar la
cabeza de los tornillos, en cuyo caso el carrete no se montará bien y quedará
inservible. Por supuesto, utilizaremos siempre la herramienta correcta.
–
Guarde siempre el carrete en un lugar seco, alejado de cualquier fuente de
humedad y alejado también de cualquier fuente de calor directa (y sobre todo de
la acción directa del sol).
– Conviene disponer de un portacarretes para
transportarlo sin temor a que un golpe lo raye y estropee. Este portacarrete
nos servirá además para guardar el carrete con garantía.
LIMPIEZA
EXTERIOR
La limpieza exterior no debe suponer ningún tipo de complicación
especial. Por eso mismo y teniendo en cuenta que se trata de un proceso que
apenas nos llevará unos minutos, no está de más que lo realicemos después de
cada jornada de pesca de esta forma alargaremos notablemente la vida útil del
carrete. Y es que, sea cual sea el material en el que esté realizado el
carrete, para “lavarlo” sólo necesitaremos abundante agua dulce y un trapo que
seque bien. Nunca utilizaremos un producto de limpieza que no esté
específicamente pensado para la limpieza de carretes de pesca.
Los productos
que habitualmente utilizamos para la limpieza de las diferentes superficies de
nuestra casa suelen contener solvente o sustancias abrasivas que, sin duda,
dañarán el carrete (sobre todo aquellos que contengan alguna pieza de
plástico).
El jabón
neutro que habitualmente podemos utilizar para lavarnos las manos suele ser la
mejor opción. Especial atención deberemos tener en caso de que el carrete haya
caído al agua, en cuyo caso siempre es recomendable que retiremos la bobina y
realicemos una limpieza algo más a fondo. De hecho, teniendo en cuenta hasta
donde se haya ensuciado el carrete, si le ha entrado barro, arena o polvo, etc.
deberemos valorar la realización de un lubricado del mismo que explicaremos a
continuación.
En relación con esto, conviene saber que nunca se debe aplicar
agua a alta presión sobre el carrete. El motivo es sencillo: esta presión puede
“empujar” cualquier resto situado en el exterior (sal, arena, polvo...) hacia
el interior del carrete, provocando un problema de complicada solución. Además,
el agua estará preferiblemente, tibia.
CUIDADOS
ESPECIALES EN EL MAR
El entorno marino es un ambiente especialmente exigente
para cualquier carrete, incluso para aquellos específicamente diseñados a
prueba de agua salada. La arena, el sílice y las sales marinas son poderosos
enemigos de nuestro carrete de pesca.
En el caso específico de la pesca en el
mar, sea esta embarcada, desde espigón o especialmente en la playa debemos de
redoblar nuestros esfuerzos por realizar una limpieza exterior a conciencia
tras cada salida.
Un buen hábito con la jornada finalizada y en el mismo escenario
de pesca es realizar un último lance lo más lejos posible para posteriormente e
interponiendo un trapo o un pañuelo desechable humedecido en agua dulce o
vaselina neutra antes de la entrada del sedal en la bobina, recogeremos
suavemente nuestro hilo consiguiendo así eliminar gran parte del agua salada
que el sedal pueda retener. Este saludable hábito eliminara en buena medida la
sal depositada en la zona expuesta.
A continuación “endulzaremos” el carrete
bajo agua tibia (ya que prácticamente sólo el agua con cierta temperatura es
capaz de disolver la sal) para eliminar los restos de salitre o arena y
posteriormente lo secaremos al aire libre fuera de la acción directa del sol.
Cada cierto tiempo debemos lubricarlo externamente en sus partes móviles, pues
la falta aceite acelerará el desgaste que se acentúa en un entorno
especialmente corrosivo como el marino especialmente si vamos a tener los
carretes “parados” durante un tiempo prolongado.
LA
LUBRICACIÓN DEL CARRETE
Que el carrete esté correctamente engrasado y lubricado
resulta fundamental para que funcione de la forma adecuada. Lubricar un carrete
de pesca no es una labor del todo sencilla, sin embargo se recomienda que se
realice al menos una vez al año, preferiblemente al comienzo de cada temporada.
Antes de lubricar el carrete hay dos cosas fundamentales a tener en cuenta:
–
Nunca desmontaremos el carrete por completo si no tenemos la seguridad de que
podremos volver a montarlo.
– Debemos tener bien claro cuáles son los puntos en
los que echar grasa y cuáles los que necesitan aceite. Esto es:
- – Grasa: para
los engranajes.
- – Aceite: para los rodamientos.
En el mercado encontraremos
múltiples opciones tanto de grasas como de aceites, algunos modelos incluso
específicamente diseñados para lubricar carretes de pesca. Una alternativa
económica y muy eficaz es la grasa para máquinas de coser que en caso de no
disponer de grasa específica para carretes de pesca puede desarrollar su
función perfectamente. Si ya ha probado alguno puede que ya tenga su “preferido”,
sino debe tener en cuenta que, normalmente, cada marca tiene sus propios
lubricantes por lo que será cuestión de probar con cuál se encuentra cómodo.
Sea cual sea la grasa que utilicemos, lo más importante es que la utilicemos en
muy pequeñas cantidades, ya que los excesos aquí son realmente
contraproducentes.
Dicho todo
esto, conviene que comentemos los pasos a seguir a la hora de desmontar un
carrete:
- Lo primero que debemos hacer antes de proceder con el desmontaje, es
colocar un tapete sobre el que iremos colocando todas las piezas. Hay que tener
en cuenta que algunas de estas piezas pueden tener un tamaño realmente pequeño
y, si las perdemos, podemos dar también el carrete por “perdido”.
- Es muy
importante que sigamos un orden de desmontaje muy estricto, que después
realizaremos a la inversa, para garantizar un correcto montaje. Para que no
existan dudas posteriores, no estará de más que vayamos tomando nota de los
pasos que damos.
- Lo primero a desmontar es la carcasa del carrete, retirando
con cuidado la bobina.
- Después vendrá la manivela que se quitará tras sacar
los tornillos y tuercas que la sujetan (lo normal es que el fabricante nos
proporcione una llave adecuada con la que hacerlo).
- De esta forma, sacamos el
muelle, la manivela y el freno.
- Sacamos los tornillos de la carcasa y vemos
el interior de los engranajes, que procederemos primero a limpiar, retirando el
posible exceso de grasa anterior, para después engrasarlos adecuadamente.
- No
conviene pasarnos con el aceite: una única gota de de aceite en cada rodamiento
resulta más que suficiente.
- En caso de que el carrete en concreto disponga de
freno de disco, no deberemos engrasar nunca las balatas.
- Para engrasar el eje
del carrete, extenderemos la grasa a lo largo del mismo, insertaremos la bobina
y daremos unas vueltas en un sentido y luego otras en el contrario. Para los
engranajes del freno podemos usar un pincel de cerdas duras como los utilizados
en la pintura al óleo.
- Hecho esto, procederemos a montar de nuevo el carrete.
Fuente:
a-alvarez