jueves, 29 de agosto de 2013

Intentan evitar el cruce entre salmones salvajes y de piscifactoría

Salmones estériles




Nuevos descubrimientos científicos pueden aportar una solución al cruzamiento de salmones de cultivo con ejemplares silvestres, mediante la producción de salmones estériles.
Los salmones de cultivo que escapan plantean desde hace tiempo un problema para los productores de todo el mundo, por la preocupación de que puedan reproducirse con sus pares silvestres y alterar su pureza genética. Ahora, gracias a los nuevos avances de la ciencia en materia del mapa genético del salmón, esto podría estar a punto de cambiar.
"Si logramos producir salmones estériles a escala industrial, podremos reducir sustancialmente el impacto genético negativo sobre las poblaciones de peces silvestres", explica Arne Herre Staveland, quien lidera la producción de peces de cultivo en Eide Fjordbruk. Su empresa acuícola es una de las seis que participan en un nuevo proyecto para criar salmones estériles genéticamente modificados en cautiverio.
Los salmones triploides pueden producirse a partir de huevos expuestos a alta presión o alta temperatura, para obtener crías que tengan dos juegos de cromosomas de la madre y otro del padre, en lugar de un solo juego de cromosomas de cada progenitor. Este par extra de cromosomas previene el desarrollo de huevos viables o esperma, dando como resultado crías estériles.
Esta técnica no es nueva, pero su desventaja es que no permite obtener salmones estériles en grandes cantidades de peces sin malformaciones genéticas. La técnica, desarrollada en los años 80 y 90, ya se ha aplicado con éxito en otros salmónidos, como la trucha arco iris en Tasmania, Francia y Escocia.
Ahora, gracias a los nuevos descubrimientos para completar la secuencia del genoma del salmón del Atlántico (Salmo salar) -hasta 2010 no se contaba con la secuencia del genoma para ningún salmónidos-, esta técnica previamente desechada está saliendo a la luz nuevamente.
Geir Lasse Taranger, del Instituto de Investigación Marina en Bergen, comentó: "La nueva investigación indica que podemos evitar los problemas óseos mediante la modificación de la dieta. Además, las nuevas herramientas moleculares nos ayudan a entender mejor cómo el salmón triploide responde a diferentes condiciones ambientales, lo que nos permite desarrollar mejores protocolos para su cría".
Los salmones triploides son más sensibles a las bajas concentraciones de oxígeno y a las temperaturas más cálidas. Los científicos y los productores están llevando a cabo pruebas del nivel de resistencia de estos peces triploides frente a las condiciones en el mar. También tienen diferentes necesidades nutricionales que el salmón normal, ya que crecen más rápido, por lo que también deberían adaptarse los métodos de producción.
El problema es de especial interés para la comunidad científica noruega dada la importante producción de salmón en el país, la cual se refleja en los hábitos gastronómicos de Noruega.
Estos estudios son financiados parcialmente por el Consejo de Investigación de Noruega, en estrecha colaboración con la industria acuícola.

 

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