Miembros de la Plataforma Ríos Limpos vestidos de avispas junto a la basura que simboliza los vertidos fluviales |
Aquagest detectó 55 vertidos en el río Barbaña realizados por empresas de los polígonos industriales de San Cibrao das Viñas y Pereiro de Aguiar, desde que puso en marcha un sistema de control, en octubre de 2011, por encargo de la Diputación de Ourense. De momento, los regidores de ambos municipios se han conformado con enviar "notificaciones disuasorias" a los 19 infractores que han logrado identificar. Pero advierten de que están preparando un reglamento de sanciones, "bastante severo", que empezarán a aplicar antes de final de año.
El regidor de San Cibrao das Viñas, Pedro Fernández, advierte a los propietarios de las empresas infractoras que les saldrá "mucho más caro abonar las multas, que afrontar el pago de los procesos previos de depuración que tienen que afrontar". Y explica que el dinero recaudado se revertirá sobre el propio sistema, con el fin de abaratar la cuota por depuración que tendrán que pagar todas las naves de los parques industriales de San Cibrao das Viñas, Pereiro de Aguiar y de la Tecnópole. Globalmente, abonarán 250.000 euros al año, para mantener los sistemas de control de vertidos y amortizar en una década la inversión que realizaron Aquagest y la Diputación de Ourense.
Aquagest dispone de varias cabinas de "control en continuo", con unos analizadores que emiten señales de alarma en el momento que detectan parámetros que se desvían de los vertidos habituales. En paralelo, las cabinas tienen unos "tomadores de muestras", que se activan cuando pasa un fluido con el ph alterado. Las muestras se llevan al laboratorio, donde se analizan para conocer su procedencia. Esta tarea es posible, debido a que Aquagest cuenta con una base de datos sobre el perfil de los vertidos que realiza cada una de las más de 300 industrias que hay en los parques empresariales.
Una vez detectados los vertidos, Aquagest avisa a la planta depuradora para que adopte medidas correctoras previas, con el fin de evitar impactos sobre la planta, mediante la conducción del fluido peligroso a un tanque regulador de caudal. Y luego lo va soltando poco a poco. El director territorial de Aquagest en Galicia, Henry Laiño, explica que si entra en la planta un vertido muy ácido "de un solo golpe", puede aniquilar los microorganismos del reactor biológico de las instalaciones, con lo que se muere el ecosistema y la depuradora queda inutilizada. En cambio, si se mete poco a poco y se toman medidas correctoras, como el aumento de la oxigenación, se puede gestionar perfectamente.
Mediante este sistema, se han logrado "minimizar las consecuencias" de los vertidos. Henry Laiño asegura que "solo hubo un incidente, en el mes de febrero, por la presencia de espuma en el río".
Las empresas de los polígonos industriales de San Cibrao das Viñas, Pereiro de Aguiar y del Parque Tecnológico vierten sus aguas a los colectores, que "las conducen a la depuradora", por lo que las administraciones locales implicadas son las que tienen la responsabilidad de realizar el control y capacidad para imponer sanciones. Y a su vez, la Confederación Hidrográfica Miño Sil puede multar a los dos ayuntamientos si detecta que no cumplen con su función y los vertidos llegan finalmente al Barbaña. Eso fue lo que ocurrió, precisamente, el día 24 de junio de 2009, cuando un vertido industrial causó la muerte de 17.000 peces en el cauce fluvial.
Las empresas de San Cibrao, Pereiro y de la Tecnópole "están obligadas a realizar una predepuración, para poner sus aguas al nivel que puede gestionar la depuradora de San Cibrao", explica el director territorial de Aquagest. Y advierte de que los infractores no se exponen solo a posibles sanciones económicas, sino que "pueden incurrir en un delito penal", dependiendo de la gravedad y de los daños que causen en el río.
Contrariamente a lo que sostiene la Plataforma Ríos Limpos, Henry Laiño asegura que todas las empresas de los polígonos de San Cibrao de Viñas y Pereiro están conectadas a la depuradora de San Cibrao, por medio del alcantarillado, "salvo que se refieran a algún aliviadero". Y sostiene que si tienen constancia de que alguna nave incumple la normativa, deben notificárselo al concello afectado o denunciarlo ante el Seprona, aportando fotos y datos sobre la localización.
Fernández reconoce que intentan "mejorar" la depuradora de San Cibrao, tras quince años de funcionamiento, pero considera que "el problema no está en la depuradora, sino en los vertidos altamente contaminantes que algunas empresas echan sin tratar al colector".
Con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, unas cincuenta personas se concentraron en la Praza Maior, en torno a un montón de basura, que representaba la contaminación de los ríos ourensanos, por los constantes vertidos de aguas domésticas e industriales que soportan.
El portavoz del colectivo, Juan Cid, asevera que el problema estriba en que gran parte de los vertidos de las naves de los parques empresariales de San Cibrao das Viñas y de Pereiro de Aguiar "llegan y caen literalmente al curso del Barbaña sin canalizar y sin depurar".
Juan Cid indica que, a pesar de que la normativa es clara en esta materia, muchas de las empresas realizaban sus vertidos, sin afrontar los procesos de predepuración que requieren, hasta que la Plataforma Ríos Limpos "empezó a apretar el acelerador. Así estaba todos los días el cauce envenenado. El 24 de junio de 2009 aparecieron muertos 17.000 peces".
Ríos Limpos lamenta que aunque se realizaron importantes inversiones, procedentes de fondos europeos, la depuradora de Pereiro de Aguiar –tuvo un coste de 600.000 euros– "está cerrada a cal y canto, porque el alcalde dice que el municipio no tiene dinero para ponerla en funcionamiento, y en cambio lo tiene para darle los 240.000 euros que le ha pagado en los dos últimos años al Concello de San Cibrao das Viñas" por el tratamiento de aguas residuales.
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