sábado, 7 de septiembre de 2013

Estadísticas de capturas de reo en Galicia a 2 de Septiembre


ESTADÍSTICAS DE CAPTURAS DE REO A 2 DE SEPTIEMBRE




 

Nuevo vertido en el río de O Con


El vertido apareció a primera hora de la tarde de ayer en la zona del parque Celso Emilio


El río de O Con sufrió ayer el enésimo vertido de lo que va de verano. En esta ocasión sucedió en la zona del parque Celso Emilio Ferreiro, donde comienza el tramo urbano del cauce fluvial. Casualmente, hace escasas fechas la Xunta había ejecutado las reformas necesarias para que una tubería dejase de verter de manera incontrolada en este mismo punto. La mancha, de color marrón oscuro, apareció alrededor de las tres de la tarde y se fue extendiendo a lo largo de unos cinco metros de cauce. Todo apunta a que se trata de un vertido de fecales causado por alguna obstrucción en las tuberías, ya que el líquido opaco salía de uno de los aliviaderos situado cerca del puente que une la rotonda de A Laxe con Ramón Cabanillas.

No es la primera vez que sucede un vertido en esta zona, aunque los puntos más frecuentes suelen ser los situados cerca de los bombeos de la red de saneamiento (en la plaza de abastos) y en el área próxima al parque de A Coca, en donde hace varios meses murieron decenas de peces.

  

jueves, 5 de septiembre de 2013

Pescan con caña un tiburón azul dentro de la dársena de A Coruña







Iban a por jureles y picó un tiburón... Pequeño, pero tiburón al fin y al cabo. Tomás, Sergio, Adrián y Daniel apenas daban crédito cuando, al recoger el sedal tras notar un fuerte tirón en la endeble caña con la que practicaban pesca deportiva dentro de la dársena de A Coruña, izaron un ejemplar con la inconfundible forma de un tiburón, aunque en tamaño reducido. Observaron el escualo, se fotografiaron con él, hicieron primeros planos y lo devolvieron vivo al mar.
Días después, uno de ellos, Tomás, infinita curiosidad y nociones de biología vía formación, recorrió el camino hasta el Oceanográfico de A Coruña para interesarse por si el suceso era extraordinario o habitual, qué tipo de escualo había mordido su anzuelo y cuestiones sobre sus características. Y allí se enteró de que se trataba de un ejemplar de tiburón azul o Prionace glauca, en términos científicos y tintorera o quenlla en vocablos más comunes y familiares. Y también de que es un caso extrañísimo del que nunca hasta ahora ha habido referencias. Porque el tiburón azul es una especie oceánica y, por tanto, aunque puede encontrarse dentro de las plataformas continentales, raramente aparece en zonas tan costeras y mucho menos dentro de dársenas, según explica el equipo de investigación que estudia los grandes pelágicos oceánicos en el Instituto Español de Oceanografía (IEO) de A Coruña.




El ejemplar capturado, de unos 70 centímetros, tendría aproximadamente tres meses de edad, dado que las crías nacen con 50 o 60 centímetros, para alcanzar de adultos los 3 metros de longitud. Y se supone que llegó a la dársena de A Coruña o bien completamente despistado y por casualidad o, lo más probable, tras haber sido descartado por un pesquero ya cerca del puerto, adonde habría llegado en busca de comida.
Álex, Tomás, Sergio, Adrián y Daniel capturaron el tiburón el 26 de agosto pasado y lo liberaron poco después, no sin antes fotografiarse con él y captar instantáneas para facilitárselas a los científicos.

Hallado en el río Sena un pez «devoratestículos»




Un pescador parisino ha encontrado un pez «devoratestículos» y que poseía dientes extrañamente parecidos a la dentadura humana, según The Telegraph.
Las autoridades policiales han salido a tranquilizara los vecinos especificando que era un pez conocido como «pacu», un pez de la familia de las pirañas.
Este pez de agua fría tiene el apodo de «devorador de testículos» porque ataca específicamente el aparato genital del hombre.
Natural del Amazonas y del Orinoco en el sur del continente americano, estos peces provocan la muerte por desangramiento en muchos pescadores después de perder sus testículos a causa de sus poderosas mandíbulas.
Todavía no hay una explicación oficial de este insólito hallazgo, pero la teoría más veraz sería que proviene de algún coleccionista que se desharía de él arrojándolo al río parisino.
No es la primera vez que aparece este pez en aguas europeas. Hace aproximadamente un mes, bañistas escandinavos ya fueron advertidos de su presencia en el estrecho de Oresund, entre Dinamarca y Suecia.
Se trata de una especie que vive habitualmente en aguas de América del Sur y se caracteriza por ser vegetariano. Su alimento preferido son las nueces, que confunde a menudo con los testículos humanos.
Sus dientes son muy largos, aunque no tan afilados como los de las pirañas. Eso sí, son muy capaces de causar daños importantes a quien se cruce con ellos.

 

Hallan en Canarias restos del mayor depredador marino







Era una mole. Un auténtico monstruo de dientes afilados que se movía en el agua a una velocidad sorprendente para un escualo de veinte metros y cien toneladas de peso. Fue el mayor depredador marino que haya existido en el planeta y durante los casi veinte millones de años que dominó todos los océanos y mares no había pieza que se le resistiese. Ni siquiera las voluminosas ballenas, su manjar preferido. El megalodón es un viejo conocido para los paleontólogos porque sus restos fósiles se han encontrado en más de un océano, aunque la huella de su presencia nunca había sido localizada en España. Hasta ahora, en que, por azar, un equipo del Instituto Oficial de Oceanografía (IEO), a bordo del buque Ángeles Alvariño, con base en Vigo, ha localizado en una montaña submarina de Canarias, a 1.037 metros de profundidad, quince dientes fósiles del mayor tiburón conocido. En el mismo lance aparecieron piezas de otros cuatro escualos también extintos, aunque de menor tamaño y voracidad, y un fragmento de cráneo de una vaca marina, además de restos de huesos de ballenas y de otros mamíferos marinos.
«Fue un hallazgo hecho por casualidad», explica Pedro J. Pascual, biólogo del Centro Oceanográfico de Canarias, que se encargó de la identificación de las piezas junto al profesor de paleontología y paleocología Franco Cigala Fulgosi, de la Universidad de Parma. «Recuperamos los restos con una draga de investigación. Salieron todos en una sola draga que arrastró 50 metros», constata Pascual, que ya se frota las manos pensando en el tesoro geológico que aloja la profunda montaña submarina situada enfrente de la isla Graciosa. «La idea es que podamos repetir alguna draga más en esa zona, aunque habrá que esperar», precisa, porque en realidad el hallazgo se hizo no durante una campaña específica dirigida a buscar fósiles submarinos, sino dentro del proyecto Life+Indemares, dedicado al inventario de áreas marinas con importante biodiversidad y susceptibles de ser declaradas como protegidas dentro de la Red Natura.




De todas las piezas fósiles recuperadas, las más destacadas son las que corresponden al megalodón. «Era un auténtico monstruo -explica Pascual-, que aparte de un gran tamaño tenía una fuerza brutal en las mandíbulas». El animal, un voraz depredador, se alimentaba de todo lo que encontraba a su paso, aunque especialmente de «grandes ballenas». Los restos se supone que pertenecían a uno o varios ejemplares juveniles, que son los que vivían más cerca de la costa, aunque en el Mioceno, hace entre 23 y 5 millones de años, cuando la especie reinaba en los mares, apenas habían emergido tres o cuatro islas de las actuales Canarias. «Nuestra hipótesis -señala el investigador- es que esta montaña submarina podría ser una zona de cría para los megalodones». Ninguno de los tiburones que habitan ahora los mares, ni siquiera el gran blanco, puede considerarse desde un punto de vista evolutivo como sus herederos.
El megalodón medía 20 metros de largo y pesaba hasa 100 toneladas.

El tiburón blanco es, por su voracidad, el mayor depredador de los mares en la actualidad, aunque en realidad es insignificante si se compara con la especie que vivió en el Mioceno. El ejemplar de tiburón blanco de mayor tamaño localizado hasta la fecha mide 6,93 metros, por los 20 del megalodón. Ni siquiera las orcas podían rivalizar con él. «Era tres veces más grande de lo que hoy puede ser una gran orca de nueve metros y tenía, además, unos dientes muchísimo más grandes», explica el biólogo Pedro Pascual. Algunos expertos apuntan a que vivió hasta hace dos millones de años.

   

La faneca brava hace estragos en Marín


Un informe del servicio de salvamento y socorrismo del Concello de Marín recoge que en los meses de julio y agosto los vigilantes de las playas locales atendieron más de un millar de incidencias, siendo las picaduras de faneca y avispas, así como las heridas las curas más habituales de este personal. Otro tipo de atenciones menos numerosas son los avisos por presencia de barcos o pescadores en las aguas, traumatismos o niños perdidos.



El Servicio de Salvamento y Socorrismo del Concello de Marín hace público el informe sobre incidencias en las playas municipales durante los meses de julio y agosto en el que sobresale que la picadura de faneca es la incidencia más habitual en los arenales, siendo Mogor la que registra más atenciones por este tipo de "ataque".
Los arenales locales registraron un total de 503 picaduras de faneca, siendo los socorristas de Mogor, con 191 atenciones, los que más curas de este tipo realizaron. A continuación, con 176 picaduras está la primera playa de Aguete. Mientras que los arenales de Loira, el segundo de Aguete y Portocelo, son los que menos ataques de faneca brava presentan con 19, 20 y 45 atenciones de los socorristas durante los meses de julio y septiembre.
Las heridas, son el segundo tipo de incidencia que capta la atención de los socorristas en Marín, siendo la segunda playa de Aguete la que más accidentes de este tipo registró durante el verano con 109 curas. Portocelo, con 104 heridas es el segunda arenal con el índice de atenciones más alto de Marín. La lista la completa Mogor, con 90 incidencias, Loira, con 73 y la primera playa de Aguete, con 62.
Las picaduras de insectos como las avispas son la tercera incidencia que más atendieron los socorristas, siendo en Mogor la playa con más picaduras, 59 en todo el verano, del municipio, seguida de la primera de Aguete, con 51; Portocelo, 45; la segunda de Aguete, 20; y Loira 19.
La presencia de embarcaciones en la zona de baño es también un tema que capta la atención de los servicios de salvamento, teniendo lugar en el segundo arenal de Aguete, con 20 alertas, y Loira, 17 el mayor número de avisos, mientras que en el resto de playas los datos no son significativos.
La intervención del servicio de salvamento por presencia de animales en las playas tuvo mayor presencia en Mogor y la segunda de Aguete, con 13 denuncias en cada una.
Las atenciones por traumatismos, quemaduras, fracturas, luxaciones, esguinces, dolores y daños en ojos y oídos captaron la atención de los socorristas, principalmente, en Portocelo con 43 atenciones, seguido de Mogor, con 33, Loira, con 25 y las playas de Aguete con 19 la primera y 11 la segunda.
Las playas del municipio registraron en total 24 avisos por presencia de buzos y pescadores en las aguas y otras 20 alertas por otros avisas en las zonas de baño.
Otro dato destacable son los 11 niños perdidos, 4 rescates acuáticos, 6 lipotimias y golpes de calor. Mientras que Mogor aglutina 70 de los 77 avisos a los socorristas por presencia de niños jugando al fútbol.

 

Cantabria: El río Deva volverá a ser angulero





Los pescadores de la angula de la zona de Val de San Vicente conocieron este miércoles a través de la propia directora general de Pesca, Pilar Pereda, los importantes cambios recogidos en la nueva orden publicada por la Consejería de Ganadería Pesca y Desarrollo Rural, por la que se regula la pesca de esta especie en las cuencas anguleras de la región. El encuentro se realizó en el salón de plenos del Ayuntamiento de Val de San Vicente, con la asistencia de cerca de medio centenar de pescadores y del alcalde del municipio, Roberto Escobedo.
En la nueva regulación se recogen, en buena medida, algunas de las reivindicaciones que mantenían los anguleros de Val de San Vicente, como era el estar todos en igualdad de condiciones para acceder a los carnés de pescadores en sus dos modalidades, el de profesional y deportivo, y que el Deva se considerase también cuenca angulera para los cántabros y no como hasta ahora, que solo podían pescar los asturianos.
A partir de la próxima campaña se establecerá un único periodo de pesca que irá del 1 de noviembre al 28 de febrero y no los dos calendarios que se fijaban con diferentes fechas, uno para profesionales y otro para deportivos.
Se creará un censo de profesionales de angulas que no excederá de 25, frente a los 5 que existían, no siendo ya necesario ser mariscador como hasta ahora. Para acceder a las 25 licencias que se concederán se establecerá un sorteo entre todos los solicitantes, teniendo prioridad todos aquellos pescadores que acrediten haberse dedicado a la pesca profesional en campañas anteriores.
Las autorizaciones de pesca deportiva, que permite capturar un máximo de 250 gramos de angula al día, se otorgarán también por sorteo entre todos los solicitantes, y no como hasta ahora que se mantenían las otorgadas en el año 2010. Hasta el momento se contaba con 65 licencias de esta modalidad, número que ahora se fijará en una próxima resolución de la Consejería en base a la aplicación del Plan de Gestión de la Anguila europea en Cantabria.
Será en esta misma resolución en la que se fijarán las cuencas anguleras de la región, entre las que adelantó que se incluirá el río Deva, en donde hasta la pasada campaña tan solo podían pescar los anguleros asturianos en su vertiente. Pilar Pereda adelantó que en la próxima temporada el Deva se explotará en coordinación con Asturias y en igualdad de condiciones.
El plazo para solicitar la licencia, tanto como pescador profesional como deportivo, será entre los días 1 y 20 de octubre

 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Un niño pesca un tiburón de un metro





Un niño que pescaba ayer en el muelle de la Playa de San Juan, en el municipio tinerfeño de Guía de Isora, no podía creer lo que veía cuando enganchó un tiburón de casi un metro. Tuvo que recibir la ayuda de otros pescadores para izar la captura, que fue accidental pues el anzuelo se clavó en la cola del tiburón, según relató un windsurfista italiano, Mauro Sambe, que se encontraba en la zona y fotografió la captura.

Es el sexto tiburón que es capturado, aparece moribundo en la costa o es filmado en lo que va de verano en la Isla, según la página de Facebook Tenerife Mi Tierra, que difundió la imagen captada por Sambe. "Se armó un revuelo cuando los que estaban en el muelle vieron que se trataba de un tiburón. El niño no sabía lo que hacer", explicó ayer a este diario el surfista italiano, que cree que el escuelo debía estar moribundo por haber sufrido algún golpe en el mar pues "parecía tener sangre en la cabeza".

Se trata de un ejemplar de marrajo o tiburón mako y por su tamaño, de casi un metro, debía tener poca edad pues los mayores pueden llegar a medir más de cuatro metros. El surfista, que lleva diez años residiendo en Tenerife y practicando windsurf y surf, asegura que nunca había visto un tiburón en la Isla, aunque los biólogos aclaran que en las aguas de Canarias hay tiburones de más de 40 especies, principalmente cazones, angelotes y tiburones martillo (conocidos en Canarias como cornudos). Pero no son los únicos. Los tiburones azules, los marrajos como el pescado ayer e incluso algún tiburón blanco rondan por las aguas isleñas.

  

sábado, 31 de agosto de 2013

Los peligros del mercurio




Los peces y bivalvos concentran mercurio en sus organismos, a menudo como metilmercurio, un compuesto orgánico del mercurio que es sumamente tóxico. Las investigaciones realizadas han permitido determinar que los productos marinos pueden contener concentraciones diversas de metales pesados, particularmente mercurio y contaminantes solubles en grasas provenientes de la contaminación del agua.

Las especies de peces que son longevas y que ocupan un sitial elevado en la cadena alimentaria contienen concentraciones de mercurio más elevadas que otras especies. La presencia de mercurio en los peces puede tener repercusiones sobre la salud de los seres humanos, especialmente de aquellas mujeres que están embarazadas o que pueden quedar embarazadas, madres que están dando el pecho, y bebés.

El síndrome fetal por mercurio se caracteriza por un conjunto de síntomas que pueden observarse en el feto o en el recién nacido cuando la madre se ha expuesto a cantidades excesivas de metilmercurio durante su embarazo. A finales de los años 50, se publicitó mucho la toxicidad del metilmercurio después de un brote de parálisis cerebral y microcefalia en los recién nacidos de la aldea pescadora de la bahía de Minimata, en Japón. Estas anomalías estaban causadas por la contaminación de metilmercurio de los peces de la bahía, y pasó a llamarse enfermedad de Minimata.






El metilmercurio es lipofílico y se distribuye más fácilmente en el tejido cerebral que las sales mercúricas. El mercurio metálico no cruza la placenta fácilmente, y se ha estimado que el índice de transporte del metilmercurio en el cerebro puede exceder al del mercurio con un factor de 10. Es posible supervisar la exposición al metilmercurio midiendo su concentración capilar.

Todo el pescado contiene un poco de metilmercurio, y el consumo frecuente de pescado altamente contaminado puede llevar a una concentración capilar de mercurio metílico que varía entre 10 y 50 PPM. Se establece el nivel capilar de 50 PPM como el nivel tóxico inferior, y la Organización Mundial de la Salud ha aplicado un factor de seguridad de 10 para reducir riesgos en las poblaciones más sensibles. Así, en general se ha adoptado 5 PPM como el estándar internacional de nivel tolerable superior de mercurio capilar. Puesto que la exposición materna a metilmercurio se da sobre todo a través de consumo de pescado, se recomienda que las mujeres en edad de maternidad no deben consumir más de 350g de pescado a la semana. Además, no deben estar expuestas en el trabajo a concentraciones en aire de vapor del mercurio mayores de 0,01 mg por metro cúbico, y a compuestos inorgánicos y fenilmercúricos mayores de 0,02 mg por metro cúbico, o a ninguna concentración detectable de metilmercurio.

El mercurio y el metilmercurio están presentes en pequeñas concentraciones, en el agua de mar. Sin embargo, el mercurio es absorbido, usualmente como metilmercurio, por algas en el comienzo de la cadena trófica. Estas algas son consumidas por peces y otros organismos pertenecientes a un eslabón superior en la cadena. Los peces absorben completamente el metilmercurio, pero lo eliminan en cantidades muy pequeñas.2 El metilmercurio no es soluble y por lo tanto no es apto para ser excretado, lo que provoca que se acumule, principalmente en las visceras aunque también en el tejido muscular del animal.3 Este fenómeno da lugar a una bioacumulación de mercurio en el tejido adiposo en los organismos de niveles tróficos superiores: zooplancton, pequeños nectones, peces grandes etc. Cualquier organismo que consuma estos peces en la cadena trófica también consume la más alta concentración de mercurio que el pez haya acumulado. Esto explica el porque depredadores como peces espada y tiburones o aves rapaces como las águilas tienen concentraciones de mercurio en su organismo mayores que el valor que resultaría de considerar sólo la exposición directa. Especies en los niveles superiores de la cadena trófica pueden acumular concentraciones de mercurio diez veces mayores que las del organismo que consumen. Este proceso es llamado biomagnificación. Por ejemplo, los arenques contienen concentraciones de mercurio cercanas a 0.01 ppm mientras que un tiburón blanco contiene concentraciones de mercurio mayores a 1 ppm.

La mayor parte del mercurio encontrado en peces se origina a partir de las plantas de energía termoeléctricas que usan carbón, además de las fábricas dedicadas a la producción de Cloro.5 La fuente más importante de mercurio en los Estados Unidos es el uso de carbón como combustible en las plantas de energía.6 En la producción de cloro, se utiliza mercurio para extraer el cloro de la sal, lo cual en muchas partes del mundo produce desechos de mercurio que terminan por contaminar el agua. Sin embargo, este proceso ha ido evolucionando de tal forma que actualmente las plantas dedicadas a la producción de cloro utilizan un proceso de difusión y uso de membranas celulares en vez de mercurio. El carbón contiene naturalmente mercurio como contaminante. Cuando el carbón es quemado para producir electricidad en una central térmica, el mercurio es liberado en forma de humo hacia la atmósfera. La mayor parte de la contaminación por mercurio puede ser eliminada si se utilizan unidades dedicadas a captar el mercurio en los gases.

Las complejidades del transporte y situación ambiental del mercurio fueron descritas por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) en 1997 en su Mercury Study Report to Congress.7 Debido a que el metilmercurio y altos niveles de mercurio ordinario pueden ser perjudiciales para el feto y niños pequeños, organizaciones como la EPA y la FDA recomiendan que mujeres embarazadas o que planean quedar embarazadas en los próximos dos años y niños pequeños eviten comer más de 180 gramos (una ración de comida promedio) de pescado a la semana.

  

Preocupa el mercurio de los peces





Científicos de la Universidad de Michigan afirman haber encontrado la clave de por qué el mercurio penetra en los peces en el mar abierto. Además, sus conclusiones sugieren que los niveles de este metal en los peces del océano Pacífico se incrementarán en las próximas décadas.

Los investigadores determinaron, mediante el uso de técnicas de medición de isótopos, que hasta el 80% de metilmercurio que se encuentra en los tejidos de los peces de aguas profundas del Pacífico norte es producido por bacterias que se aferran a la materia orgánica.

El estudio también confirma que es muy probable que el metilmercurio presente en los peces del Pacífico cerca de Hawai se haya originado a miles de kilómetros del lugar, y que haya sido transportado por las lluvias.

Las plantas eléctricas que queman carbón y la rápida industrialización de naciones como la India y China también juegan un papel importante en este problema. Por ello, los científicos instan a una reducción drástica de las emisiones de mercurio a nivel mundial.

"Las consecuencias son que para reducir de manera eficaz las concentraciones de mercurio en los peces de mar abierto, vamos a tener que reducir las emisiones globales de mercurio, incluidas las emisiones de países como China y la India", señala el científico ambiental Joel Blum, autor principal de un artículo publicado online en la revista Nature Geoscience. "La limpieza de nuestras costas no va a ser suficiente. Este es un problema atmosférico global", añade.

Los riesgos para los seres humanos están relacionados principalmente con el consumo de pez espada y atún, porque son grandes peces marinos depredadores que se alimentan de otros peces más pequeños que contienen mercurio. Las toxinas se acumulan en los peces que están en la parte superior de la cadena alimentaria por un proceso llamado bioacumulación.

El consumo de metilmercurio presente en el pescado se asocia con daño cerebral en fetos y en niños muy pequeños, así como otros daños en el sistema nervioso central.

En relación con los riesgos asociados con el consumo de algunos tipos de pescados, varios grupos han pedido recientemente al presidente Barack Obama que actualice las directrices federales existentes en la materia, para adaptarlas a los últimos estudios disponibles.