sábado, 8 de octubre de 2011

El oro blanco que llega del mar



No hace muchos años, el berberecho era una marisco de escasa consideración por parte del consumidor y, en consecuencia, por la industria. Pero esta situación ha cambiado. Los paladares más exquisitos han empezado a apreciar este bivalvo y la demanda se ha disparado frente a una producción que no ha crecido. Todo lo contrario.

El resultado de ambos factores era predecible: el aumento de los precios. El berberecho llegó a pagarse el año pasado en la lonja de Noia a 21 euros el kilogramo, una cifra inimaginable en tiempos no muy lejanos. Pero no solo el berberecho «especial» está bien valorado. Los tamaños medios y pequeños también alcanzaron buenos registros.

En Noia, la lonja que pone en el mercado la mayor cantidad de este producto, el precio medio se situó en el 2010 en 6,69 euros. Pero no es un caso aislado. Esta tendencia al alza se constata también en Cambados, donde llegó a alcanzar los 13,25 euros en lonja y un precio medio de 5,59 euros durante el 2010. Y en otras plazas como A Illa, fluctuó entre los 13,7 y los 0,80 euros.

Otro aspecto que juega a favor del berberecho gallego es que apenas tiene competencia, porque el que pueda llegar de otros países no rivaliza ni en precio ni en calidad. No ocurre así con la almeja, que está sufriendo una fuerte competencia de las importaciones de Francia y Portugal. Las conserveras se han convertido en grandes demandantes de berberecho. Tanto, que entre el 85 y el 90 % de la producción de Noia va a parar a la industria. «Algunhas conserveiras nos compran ata dez toneladas para traballalo todo dunha vez nas fábricas», según explica el patrón noiés, Santi Cruz.

El que en otros tiempos se llegó a llamar oro blanco del Ulla por las ingentes cantidades que salían de Os Lombos, hoy reluce más que nunca, aunque más por su cotización que por su cantidad.

Que cada vez hay menos marisco es un hecho en el que coinciden todas las cofradías. Lo que es más difícil es encontrar una única explicación. La contaminación y las riadas son factores a tener en cuenta, pero lo más determinante es cómo se realice el desove y la fijación del marisco. «O que estamos vendo é que en zonas nas que hai moita densidade de ameixa xapónica, hai pouco berberecho, e viceversa», según explica el patrón de Carril, Fernando Franco.

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