El Fondo Europeo de Pesca (FEP) estableció, en 2007, que las ciudades con más de 100.000 habitantes y con infraestructuras pesqueras no podían recibir ayudas comunitarias para poder reformarlas. La vigencia del FEP expira en 2013, pero los nuevos fondos comunitarios que plantea Bruselas proponen prorrogar esta limitación hasta 2020. Se trata del Fondo Europeo Marítimo Pesquero (FEMP) que entrará en vigor en 2014 y que vuelve a poner barreras a que grandes urbes, cualesquiera que sea su vinculación con la pesca, tengan prohibido el acceso a subvenciones para la reforma de lonjas y otros edificios vinculados con la actividad. A Coruña, con más de 246.000 censados (datos de enero de 2011), se queda otra vez fuera.
Uno de los objetivos que perseguía el FEP era el de "apoyar las medidas e iniciativas encaminadas a diversificar y potenciar el desarrollo económico en las zonas afectadas por la decadencia de las actividades de pesca", pese a que establece prioridades para grupos de acción local (GAL) de pequeñas poblaciones. Así lo corroboran los armadores gallegos, que inciden en que la propuesta de nuevo presupuesto comunitario para la pesca "mantiene las limitaciones que ya existían".
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