En el Diario
Oficial de Galicia de ayer, la Xunta daba a conocer las normas que regirán la
temporada de pesca fluvial en el 2019. Ese documento indica que este año en el
Lérez se podrán pescar un máximo de cinco salmones en toda la temporada; es la
mitad que el año pasado, cuando como mucho podía llegarse a diez. ¿Por qué esta
reducción? Por un motivo obvio: porque las capturas cayeron en picado en el
2018 pese a haber pasado por el cauce durante la temporada unos 400
aficionados. ¿Será esta reducción de cupo una antesala de una nueva veda, como
la que vivió el río unos quince años atrás? Es una pregunta que de momento no
tiene respuesta.
En la
temporada pasada se podían pescar hasta diez salmones en el Lérez a lo largo de
la temporada y entre todos los aficionados. Sin embargo, solamente llegaron a
cogerse dos. Uno lo capturó el veterano pescador pontevedrés José Maquieira y
el otro lo metió en el cesto un aficionado de Santiago. A partir de ahí, la
nada. La diferencia fue abismal con el 2017, cuando llegaron a cogerse 10
ejemplares.
Con
semejante campaña, los aficionados ya tenían claro que la Xunta metería la
tijera al cupo. Y así fue. La cuota máxima queda en cinco a partir del 1 de
mayo, que será cuando se inicie la temporada. La Xunta estipula un cupo más
grande en otras masas de agua salmoneras como el Masma (15), el Miño (8), el
coto de Salmeán (10) y el Ulla (50). A mayores, en el río Eo no se establece
tope anual de captura.
Los salmones
no aparecen en el Lérez -o al menos no lo hicieron en la última temporada de
pesca- pese a que se continúan haciendo repoblaciones de la especie, tal y como
confirma Víctor Rial, capataz de la piscifactoría de Cotobade donde se crían
los salmones que luego se echan en el cauce. Indica que de puertas a dentro las
cosas van bien, que simplemente el desove se está retrasando un poco este año.
Y que quizás el pinchazo con las capturas en el Lérez tenga que ver, entre
otras muchas cosas, con la climatología: «O salmón necesita riadas e necesita frío
para o remonte. E este último ano non tivemos moito frío aquí», dice.
El cambio
climático lo está alterando todo, conviene también Antón Lois, el ecologista y
portavoz de Amigos da Terra. Pero él va más allá. Y señala lo siguiente: «O
problema é que se están facendo repoboacións de salmón, estanse paliando os
efectos da súa falta, sen ir ás causas que provocan que non haxa salmóns». Dice
que el Lérez, en su curso alto, solía tener un bosque de ribera rico e idóneo y
que las condiciones del agua eran buenas. Pero que se van produciendo
alteraciones, por los incendios, por la mano del hombre y por un buen número de
causas más que «van acabando con eses ecosistemas». Cita también al furtivismo
existente «cunha especie, o salmón, que alcanza un alto prezo no mercado». Y
aboga sin tapujos por una veda de la especie en el Lérez: «Quizais sería unha
boa medida, non a única», dice.
Fuente: La Voz
de Galicia
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