Bien, pero dentro de lo malo. Más o menos así se puede
resumir el arranque de la temporada de pesca fluvial en la comarca, a tenor de
la declaraciones de más de una decena de pescadores consultados, tanto durante
la mañana como, ya concluida, por la tarde.
Con todas las reservas de esta práctica, que como en la
pesca y en la feria cada uno hace balance según le haya ido, casi todos
coincidían en señalar que para empezar no está mal. Además, los ríos llevan
agua suficiente (nada que ver con el año pasado) y eso ayuda, temperaturas
aparte. En algunos cotos, como el de Baio, los trabajos de limpieza también dan
sus frutos. Pero no hay que olvidar que, a las hora de las comparaciones, los
pescadores, sin excepción, echan de menos los viejos tiempos, cuando había muchas
más truchas por casi todos los tramos. Esa pérdida parece irreversible, e
influyen muchos factores. Depende también de la zona. «Cambios houbo
moitísimos, sobre todo que o descenso de capturas foi criminal. En todas
partes, aínda que no río Grande ou no Xallas aguantan bastante ben, case son un
paraíso. No resto baixaría un 80 %», afirma Julián Nieto Ferreiro, de Zas, que
ayer demostró sus habilidades en Santa Irena, con mosca y pesca sin muerte,
sistema que cada vez tiene más adeptos. En el 2014 fue campeón gallego de pesca
tras las pruebas celebradas en la zona de A Limia. ¿Y la culpa de ese bajón? «É
de todos: depredadores, contaminación orgánica e inorgánica... Os cormoráns
tamén, moito, sobre todo dende hai uns cinco anos», apunta. Un cúmulo de
factores, en lo que también coincide con los colegas. Los resultados están a la
vista.
En la caza es mucho más acusado, pero en la pesca también se
escuchan voces de queja sobra la falta de relevo generacional, pero no
unánimes. La conselleira Ángeles Vázquez puso ayer como ejemplo a la sociedad
Río e Mar por, entre otros motivos, involucrarse con esta práctica «e crer no
relevo xeracional».
El pescador José Manuel Castro cree que se ven «bastantes
chavales», y que debería haber más. Julián Nieto, por contra, observa «poucos
novos» con la caña, y tampoco en los talleres que organizan varios clubes, por
ejemplo para montaje de mosca. «Gústanlle máis os videoxogos, parece», ironiza.
José Antonio Costa tampoco ve demasiado relevo. En realidad, ni muchos jóvenes
ni mayores, «porque cada vez hai menos xente pescando, isto vai amenos»,
asegura.
José Manuel Otero ve «moitos menos do que había antes». No
solo menos pescadores, menos truchas en general: «Antes case se apañaban polas
pozas».
La conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, escogió
el coto de Baio, y en concreto el refugio de Santa Irena (Salto) para dar el
arranque simbólico a la temporada de pesca en Galicia. Junto a ella, el
delegado de la Xunta, Ovidio Rodeiro; el alcalde de Vimianzo, Manuel Antelo; el
presidente de Río e Mar, biólogo y edil del PP de Zas, Diego Gómez, y otros
ediles y técnicos y agentes medioambientales.
Vázquez señaló que se trata de «un moi bo couto, un punto de
referencia pola súa sociedade». Tiene un convenio con la Xunta, y es «un
exemplo para o resto de Galicia». Habrá una inversión de 13.000 euros para
seguir manteniendo el cauce limpio y mejorar los accesos.
Manuel Bello Calviño, de Carballo, afincado en Coristanco,
tiene 52 años y lleva desde los 9 pescando. Ayer eligió el embalse, en
Orbellido, pero pasó muchos años en los ríos, que ahora ve muy contaminados.
«Pero no río xa te cansas, hai troitas pequenas e poucas, no encoro polo menos
disfrutas algo máis, estás un anaco pelexando. Ademais, no río xa te fan sentir
como un furtivo, sempre en riba de ti», señala.
José Manuel Castro Villar, 42 años, de Carreira (Zas),
pescador desde niño, apenas 9 o 10 años, estaba ayer en Santa Irena, Vimianzo.
Sabe que las cosas no son como eran: «Hai menos troitas ca antes, está claro.
Por moitos motivos. Hai menos luz, porque non se limpa e non dá o sol como
antes; a suciedade... Todo inflúe», señala. Cree que hay que luchar por la
pesca, «porque é un gran recurso».
Martín Castro Agrelo, de 37 años, de Erbecedo, Coristanco,
pescaba ayer en Orbellido (Baíñas), junto a su hermano José Antonio, de 34.
Empezaron a las 8.00, acabaron sobre las 13.00. Quedó contento «para ser o
primeiro día». Se queja de que las capturas van a menos: «O problema é a
limpeza dos ríos, pero tamén os que se pasan coas medidas das troitas ou o
número de pezas», se queja.
Manuel Abelenda Rey, de 61 años, natural de Sobreira, en
Gándara (Zas), con negocio mecánico en A Pedra (Nantón, Cabana), pesca desde
siempre, sobre todo por su parroquia, San Cremenzo o el coto de Baio. Ayer
cogió cuatro. «Pero xa non é o que era, isto cambiou moito, agora xa case non
ves unha troita pola beira do río», dijo. Cree que la contaminación influye
mucho, pero hay más causas.
Felipe García Iglesias, de 35 años y natural A Baña, se
desplazó ayer hasta el embalse de Fervenza, en Vimianzo. Suele alternar río y
pantano, y ayer le tocó al segundo. «Para ser o primeiro día, estivo ben, tanto
os que viñemos ao encoro como os que estiveron polo río, polo que nos
comentaron», dice. Claro que no es lo mismo si mara atrás, con sus 20 años de
experiencia: «Antes había moitas máis troitas», asegura.
Fuente: La Voz de Galicia