domingo, 1 de julio de 2012

España, en la cima de Europa y del mundo



España vuelve a estar en la cima de Mundo, mirando hacia abajo a sus rivales, gracias a la grandiosa victoria en la final de la Eurocopa 2012.

Felicitaciones a la roja por el gran juego desplegado en la final. Y como de buen nacidos es ser agradecidos, felicito a Vicente del Bosque, que fiel a su estilo, consiguió el título para España. Podemos discutir el juego desplegado en partidos anteriores pero, al fin y al cabo el proyecto llegó a buen fin. Enhorabuena entonces también a Vicente.





La selección española de fútbol ya es historia. Como la Brasil del 70, la Naranja Mecánica, la Alemania de Beckenbauer, España formará parte del recuerdo de este deporte tras completar un ciclo de éxitos sin precedentes. La victoria incontestable sobre Italia le da la Eurocopa, que hilada al Mundial de Sudáfrica y al cetro europeo logrado en Austria, convierten al equipo de Del Bosque en eterno. Fue valiente Italia y nunca le perdió la cara al partido, quizás bajó un poco los brazos cuando, con 2-0 en contra, se quedó con 10 jugadores y sin cambios. Pero los de Prandelli no pudieron con la mejor exhibición de España en la presente Eurocopa, más incisiva, más veloz en su toque, subida a un primor de Xavi en la primera parte. Silva, Jordi Alba, Torres y Mata remataron el triunfo de España, de su modelo, innegociable pese a las críticas, el más rentable de la historia del fútbol.

Después de un camino de altos y bajos en el juego, con más o menos brillantez, España dio la sensación de guardar las esencias para la gran cita. Ante la Italia del alumbramiento del toque a base de Pirlo, la selección de Del Bosque reivindicó su mejor versión para la final de la Eurocopa. Xavi, que echaba de menos ser más trascendente, reclamó su trono ante Pirlo, y alrededor de él bailó España durante un primer tiempo para guardar. Italia demostró estar en condiciones de disputar el título de la Eurocopa con una reacción digna de un finalista, pero se estrelló con la seguridad de Casillas. Tocando con más rapidez, con la profundidad que aportó un Jordi Alba velocísimo, solidarios en el repliegue, España encontró el acierto de Silva y de Alba, que demostraron que no hacía falta delantero centro.

Avisó Xavi tras una pared con Cesc que remató con un tiro ligéramente alto. Triangularon Silva, Cesc y silva antes del remate del canario, la previa del gol. España movía con alegría y sus piernas parecían haber recuperado algo del vuelo perdido. Fue así como llegó el gol: un balón de Iniesta en largo, Cesc la peleó con fe y puso un centro al corazón del área que Silva remató como si de un ariete se tratase. Miró Buffon el 1-0 y España consagraba su gran puesta en escena. Con Jordi Alba como cuarto delantero, los tres de arriba danzaban al son de Xavi, más participativo que en toda la Eurocopa. Además, presionaban la salida de balón de Italia, con lo que sufría Pirlo. Los zagueros azzurri lanzaban en largo esperando que Balotelli y Cassano desahogasen, pero Piqué y Ramos se mostraron tan firmes como venían demostrando todo el torneo.

La ventaja, sin embargo, despertó a Italia. Pusieron los de Prandelli otra velocidad al juego, más intensidad, un punto físico que descolocó a España. Creó desconcierto en un par de saques de esquina y agitó por la zona de Arbeloa, que sufrió. Chiellini se fue lesionado y Balzaretti le sustituyó animoso en el lateral. Le puso el centro a Balotelli para empujar de cabeza, pero Casillas llegó antes. Estuvo firme el portero en los tiros de Cassano (tras un gran recorte) y de Abate. Se mantuvo firme España ante la reacción de digno rival Italia, hasta que Xavi dijo basta. Filtró un pase imposible, milimétrico al fuera de juego de un esprinter desbocado, Jordi Alba, que corrió con el acelerador pisado a fondo desde 40 metros para llegar y definir ante Buffon con la frialdad de un veterano, un gol que corona su explosión internacional.

El 2-0 parecía un muro tan insalvable para Italia como la dimensión del juego de España. Prandelli tiró por la calle del medio tras el descanso. Absorbidos por el juego de España Montolivo y Marchisio, el seleccionador italiano optó por Di Natale en lugar de Cassano. Se imponía más juego directo, como luego probó con Motta. Pirlo dispuso su mejor pase para Di Natale, pero de nuevo Casillas hizo su trabajo.

España encontró espacios porque Italia fue de frente. Cesc se visió de Messi en el área italiana y sus regates casi le meten dentro de la portería de Buffon. Y Ramos encontró las manos de Bonucci en un remate de cabeza sin que ningún árbitro las viera. España cada vez contragolpeaba con más frecuencia, un punto largo el campo ya para el esfuerzo de Xavi. Pedro fue el primero en probar esa vía, sentando a Silva.

Pero la lesión de Motta rompió el partido. Italia no tenía cambios para sustituir al lastimado centrocampista, y aún quedaba media hora de juego. Demasiada pendiente para la valiente Italia. Entró Torres y aprovechó el enésimo pase de Xavi para redondear el marcador con un gol, y luego con una asistencia a Mata. La generosidad de Torres dejando pasar la oportunidad de ser el pichichi de la Eurocopa deja a las claras el espíritud de la selección. Y su tanto, de paso, cierra el círculo de la historia de una España que ya es leyenda.

     

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