A la rula de
Avilés llegan a veces piezas catalogables como raras o espectaculares, más que
nada por su tamaño. Y el pasado jueves fue uno de esos días. El arrastrero
"Eleuterio José Balayo" llegó a puerto con un pixín de dimensiones
poco habituales: casi 50 kilos de peso y más de un metro de largo. Algo poco o
casi nunca visto por estos lares. Además, el ejemplar era "de gran
calidad", por lo que la puja por hacerse con él en la subasta fue reñida.
Finalmente, el rape acabó en manos de los responsables de la pescadería
Casapesca, con tienda en la calle González Abarca, que ayer exhibían el inmenso
ejemplar en su escaparate.
"Estas
piezas tan grandes tienen buena salida en hostelería, así que todos los que
tenemos ese tipo de clientes lo queríamos comprar. Sí que estuvo
solicitado", reconoció ayer Samuel Guillén, de Casapesca. El gran pixín ya
tiene dueño: lo adquirió Casa Tataguyo.
Guillén
aseguró que no recordaba precedentes de un ejemplar de semejante tamaño.
"Hace no mucho tiempo se ruló uno de más de 30 kilos, pero no recuerdo uno
tan grande como éste", afirmó el pescadero. Su local ya es uno de los
habituales en la compra de ejemplares "raros". Así, por su mostrador
han pasado desde una lubina de 10 kilos de peso (lo habitual es entre uno y dos
kilos) o un congrio de 40 kilos y más de dos metros de longitud, pasando por un
bogavante de seis kilos o un rodaballo de ocho.
Fuente: La
Nueva España
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