Cerca del coto de Chelo, en la comarca de Betanzos, el 1 de mayo no era principalmente el día de la madre ni el del trabajo. Este día la agenda la marcaba la primera jornada de pesca del salmón. Los permisos del primer domingo de mayo eran especialmente cotizados por la oportunidad de hacerse con uno de los cinco salmones que se permite en el coto. Pero la sorpresa fue mayúscula para todos los cañistas cuando asomaron a las riberas del Mandeo y comprobaron el escasísimo caudal al que se enfrentaban en una jornada que se presumía especial. «El río estaba seco», sentenció uno de ellos.
No tardaron en acordarse de las minicentrales. La más cercana se encuentra en el lugar de Santa María de Vigo, en el Concello de Paderne, a apenas dos kilómetros del puente peatonal que cruza el río. La escasez de agua fue la tónica común hasta pasadas las siete de la tarde, cuando la jornada de pesca prácticamente afrontaba su tramo final. La actuación de las minicentrales colisiona abiertamente con los intereses de los pescadores fluviales, que piden una regulación menos abusiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario