viernes, 27 de junio de 2014
La pesca de sardina en Galicia en niveles críticos
Cuando hace ahora un año los científicos recomendaban, por precaución, reducir este 2014 un 70 % las capturas de sardina, se confirmaba el calamitoso estado en que se encuentra la pesquería atlántica de esta especie, con reclutamientos en mínimos históricos tanto para la flota lusa como para la gallega y cántabra. En su informe a la Comisión Europea, los investigadores del ICES (siglas en inglés del Consejo Internacional para la Exploración del Mar, donde participa el IEO español) hablaban de limitar la pesca a 17.000 toneladas, pero los armadores de cerco proponen para el 2015 un plan de gestión que incluya paros biológicos y preservación de juveniles, pues consideran que los recortes de toneladas, por sí solos, no arreglarán el problema. Andrés García, presidente de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), dice: «A la sardina tenemos que ayudarla, como hicimos con éxito ya en 1991 y 1992, pero no está demostrado que la mortandad por pesca sea determinante en la escasez».
Este año pinta mal para el negocio sardinero de los cerqueros pues, si bien en el 2013 se hundió con tan solo 1.630 toneladas desembarcadas (vendidas en 2,3 millones de euros), por estas fechas en Galicia, las perspectivas no mejoran. En lo que va del 2014 se han declarado 2.930 toneladas y los precios son, encima, muy bajos, pues la cotización media en lonja es sospechosamente floja, la peor de los últimos años: 0,84 euros/kilo, según la Plataforma Tecnolóxica da Pesca. El desplome es tal, que en todo el año pasado solo se desembarcaron oficialmente en Galicia unas 4.500 toneladas de sardina, un tercio de las capturas de años anteriores, que solían oscilar entre las 11.000 y las 15.000 toneladas. Dada la escasez, hoy se sabrá si la sardina del litoral gallego alcanza en origen el inusual precio máximo de 24,50 euros el kilo que registró en la pasada víspera de San Xoán. Por el momento, en la lonja coruñesa se vendió un poco por encima de once euros, 18 en la plaza.
Crisis cíclicas. «Fluctúa, épocas de escasez hubo siempre -explica el biólogo Pablo Carrera-, y los cambios en los regímenes de viento, sobre todo del nordeste, influyen en la productividad del mar. Es algo realmente complejo porque también afectan las descargas de los ríos y el propio tamaño del stock. Todas las especies pelágicas están muy influidas por cambios medioambientales, y la pesca lo que hace es acelerar los procesos, condicionando el resultado». Es decir, que si la pesquería está mal, una pesca intensa de una especie de vida corta como la sardina, acelera su deterioro. Si hay poca, la probabilidad de que llegue a adulta y desove en condiciones también es menor. Carrera, experto en especies pelágicas, no ve con malos ojos un plan de vedas como el recientemente aplicado a la anchoa, para recuperar los bancos de sardina.
Si no hay, ¿qué pescan? Jurel. El cerco gallego vive del chicharro y el chincho, aprovechando la estación de la xarda y la anchoa, y este año de la poca sardina que hay. , que ya debería aparecer en aguas someras al subir la temperatura del mar para alcanzar su mejor cotización. Pero muchas noches vuelven a puerto con boga, que se congela como cebo para nasas del pulpo, y al parecer se consume también en Marruecos. Cuando toca un lance de lubina o sargo, es una lotería. Semanas atrás apareció «cabalón».
Las líneas rojas de la flota. Los armadores de cerco de Galicia ven inviable limitar a 20.000 toneladas las capturas de cerqueros portugueses, gallegos y cantábricos, máxime si Portugal quiere el 60 %. Quieren que la pesquería del golfo de Vizcaya, más boyante, entre en el plan de gestión conjunto. En el Finisterre francés la situación también es mejor.
Fuente: La Voz de Galicia
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