Se acabó el verano, y durante el mismo, la afluencia de bañistas a las playas hace que éstas queden en la mayoría de los casos vetadas para los pescadores, de hecho no son pocos los municipios que regulan la pesca en las mismas durante estas fechas. Por tanto las posibilidades para el pescador de costa se reducen a la pesca nocturna o desde los acantilados y escolleras.
Una buena alternativa, siempre que la legislación lo permita en su localidad, es la pesca desde puerto. Entre sus ventajas nos encontramos con un lugar querencioso para muchas especies que buscan alimento o refugio, además de ser un buen lugar para iniciar a los más jóvenes en la afición pues proporciona un lugar de pesca relativamente cómodo y seguro para los más jóvenes.
A continuación abordaremos las claves de la pesca desde puertos y veremos algunos consejos que pueden ser útiles para esta modalidad.
Normalmente, los puertos ofrecen al pescador una zona de pesca muy cómoda, razonablemente segura, y muy accesible. Son ideales como comentamos para ir con niños o para iniciarnos en la pesca nocturna veraniega. Espigones, escolleras, rompeolas, diques... son zonas que atraen numerosa vida marina y por tanto se convierten en el sueño de cualquier pescador.
Las dársenas portuarias son el lugar en el que se dan unas condiciones de pesca más parecidas a las que tendríamos en agua dulce. Son zonas de aguas tranquilas, que quedan al abrigo (natural o artificial) del fuerte oleaje, lo que les convierte en destino de muchas especies, así como de moluscos y crustáceos. A pesar de que todos los puertos son un polo de atracción para númerosas especies, la actividad que podemos esperar en ellos suele ser proporcional al grado de oxigenación que tengan sus aguas.
Otro aspecto que debemos considerar es que existan corrientes que posibiliten el tránsito del alimento. Algo que aumentará exponencialmente las potenciales capturas del lugar.
Sin duda, los puertos son unas magníficas zonas de pesca en las que se dan cita una gran variedad de especies marinas, cuya captura es todo un lujo. Los bajos fondos con ciertas profundidades muy interesantes hacen posible la captura de peces de grandes dimensiones y de un buen número de ejemplares, entre los que podemos destacar anguilas, agujas, congrios, lubinas sargos e incluso doradas y salmonetes.
Pero toda esta variedad no puede hacernos caer en el error de pensar que la pesca en el puerto es sumamente sencilla. Por el contrario, a base de pasar muchas horas en estas zonas, los peces han desarrollado una especie de desconfianza que le hace mucho más reacios a picar.
El abanico de técnicas de pesca que podemos utilizar es infinito, desde la pesca a fondo con cebo natural, hasta la pesca al vivo a corcho, pasando por el spinning (pesca con señuelos artificiales) o incluso técnicas específicas para la pesca de calamares y otros cefalópodos.
Junto con el spinning, la pesca a fondo desde la costa es una de las modalidades más practicadas en la actualidad, y existe una sencilla razón para que esto sea así: es la técnica que ofrece a quienes la practican más y mejores resultados, muy por encima de otra practicadas en el mar. Y es que normalmente es en el fondo donde se encuentran las especies de mayor tamaño.
La técnica de pesca a fondo consiste principalmente en situar el anzuelo cebado sobre el fondo, donde habitan diferentes especies marinas que acudirán al festín. Respecto al tipo de bajo a emplear, y aunque podamos utilizar el de único anzuelo terminal precedido de una larga brazolada, nos serviremos de aparejos provistos de uno o dos anzuelos para dar caza a los peces acostumbrados a buscar su alimento cerca del fondo, ampliando o disminuyendo el grosor de la línea en función de la claridad de las aguas y de la intensidad de las corrientes.
Para que dé resultados, no sólo deberemos conocer la técnica necesaria, sino también las costumbres y hábitats de los diferentes peces para intentar presentar en el lugar adecuado nuestro engaño.
Otra de las modalidades más utilizadas en nuestros puertos como hemos indicado es la del lanzado o Spinning, que consiste fundamentalmente en el lance del sedal a una determinada distancia, para después ir recogiéndolo de forma paulatina y lenta. Con esta técnica se pretende ir rastreando el terreno con el cebo; intentando así captar la atención de los peces para que intenten capturarlo. La recuperación debe realizarse de forma lenta y progresiva, para que al pez le de tiempo de observar el cebo e intentar cogerlo; si bien nunca debemos subestimar la inteligencia de las diferentes especies y daremos a la recuperación la velocidad suficiente para no darles tiempo de que se percaten de que se trata de un cebo y no de comida real. En el lanzado dos cosas son necesarias para obtener buenos resultados; por un lado una buena técnica y por otro la necesidad de tener mucha paciencia, obstinación y una gran constancia en la búsqueda del objetivo.
Por último, no queremos dejar de mencionar otra técnica con excelentes resultados en los puertos, es la Pesca con Flotador, motivada en la gran mayoría de los casos por las muchas posibilidades de enganche con los múltiples materiales existentes en estos fondos. La pesca con flotador es la modalidad con la que la mayoría de los pescadores suelen iniciarse en este mundo, así como una de las más practicadas desde nuestras costas sobre todo entre pescadores especializados en la pesca del sargo.
Este tipo de pesca supone para el que la practica un constante estado de alerta, obligando al pescador a mantenerse en tensión, centrado en la observación del testigo que flota, que será el que le indique las posibles picadas. Para que dé resultados, deben conocerse no sólo los hábitos de los peces, sino también los diferentes movimientos que se producen en el mar, para no confundirlos con lo que podrían ser picadas.
El pescador experimentado sabrá además diferenciar entre las distintas picadas que cada ejemplar produce, desde las rápidas (como las que realizan las lisas o las bogas), hasta los pequeños y continuos toques que dan otras especies como las anguilas, congrios... (todas ellas presentes en nuestros puertos).
Quizás sean los cebos el elemento del equipo que más variaciones admite en función de las especies que deseemos pescar. Por supuesto, debemos tener bien claro lo que le gusta "comer" a esa especie para poder ofrecérselo, pero también hay que considerar la estación en la que nos encontramos, las características de la zona etc...
El hecho de contar a priori con numerosas especies, muy dispares entre sí, merodeando por el puerto hace que podamos utilizar muchos tipos de cebo con grandes resultados. Si bien hay algunos que podemos llamar cebos todoterreno y que sin duda aseguran no pasar desapercibidos por los habitantes del fondo marino. Podemos probar fortuna con grandes gusanas, pues sin duda es uno de los cebos estrella en estas zonas. En el caso de que el roamen haga acto de presencia, y los minitalla no nos dejen en paz buscaremos una alternativa que nos permita tener el cebo pescando más tiempo. Para ello nuestros elegidos son dos: La sardina, y las tiras o cabezas de calamar que seleccionan mucho mejor las posibles capturas.
En el caso de pescar con flotador, una opción letal para las lubinas que entran buscando alimento en la rada es deslizar un pez vivo bajo los cascos de las embarcaciones prendido suavemente por el lomo o la boca. Si las lubinas andan por la zona no podrán resistirse a picar.
Por último si nos decantamos por la pesca con señuelos artificiales, los protagonistas pueden ser algún minnow o jerkbait de entre 9 y 12 cm, algunos vinilos de talla similar y por supuesto algún popper o paseante para explorar la superficie del agua. Respecto a los colores, cada pescador tiene sus favoritos, pero es recomendable llevar alguna muestra en colores naturales y otra similar en colores chillones para probar todas las alternativas.
El material concreto que debemos utilizar está íntimamente ligado con la técnica de pesca que vayamos a realizar y de las especies que sean nuestro objetivo. A pesar de ello queremos recoger aquí lo que entenderíamos como "equipo básico":
Caña: De forma general la pesca en puertos no exige un lanzado muy lejano, por lo que escogeríamos una caña relativamente larga (de 2,5 a 3,9 m) y más fuerte que las que normalmente utilizaríamos en agua dulce. Atención especial requerirá la colocación del carrete y las anillas, las cuales deberán ser anchas y poco espaciadas. Muchos gustan de llevar cañas tipo boloñesa, de 4,5-6 m de largo y montada con flotador.
Sin lugar a dudas lo más aconsejable es llevar ambos equipos, porque nunca sabemos las características exactas que nos encontraremos en la zona.
Carrete: tambor fijo o giratorio; la elección es del propio pescador. Sin duda el giratorio nos será de ayuda a la hora de recuperar capturas de mayor peso.
Sedal: El grosor del sedal irá relacionado con el tip ode puerto que vamos a pescar, deberemos aumentar el grosor a medida que las condiciones del pesquero sean más exigentes. (Pesca en altura, fondos rocosos, corrientes, etc)
Anzuelos: su elección dependerá de las especies que se pretenda capturar.
Flotador: existe una gran variedad de diferentes flotadores, la selección de unos u otros dependerá fundamentalmente del lugar en el que vayamos a realizar la pesca, por lo que conviene tener en cuenta los siguientes consejos:
En escolleras o donde haya olas: nos decantaremos principalmente por los de forma redondeada o los de tipo pera, con colores mimetizables con el agua del mar.
En puertos y dársenas el mar es más tranquilo y consecuentemente son preferibles los flotadores denominados de pluma, con mango largo. Cuando exista profundidad utilizaremos flotadores corredizos (permiten que el sedal corra por el interior hasta el lugar donde se ha fijado la parada).
A continuación recogemos algunos consejos útiles para afrontar sus jornadas de pesca en el puerto:
• A pesar de que la pesca en puerto puede realizarse a cualquier hora del día e incluso de la noche, lo cierto es que el mejor momento para la pesca en puerto es cuando tienen lugar las corrientes de marea, en los momentos que preceden o que suceden a la marea alta.
• Resultan también buenas horas las del amanecer, es preferible madrugar bastante, mientras al mismo tiempo aguardamos el cambio de luz, momento especialmente propicio para llevarnos una gran alegría.
• Si la pesca se resiste al engaño de un cebo inmóvil, es aconsejable comenzar a moverlo, izarlo o arrastrarlo un poco, con lo que conseguiremos atraer la curiosidad del pez.
• Si el mar se presenta movido, optaremos por la pesca a fondo; al igual que si el cielo está cubierto y las aguas turbias o poco claras. La pesca a fondo es fundamentalmente provechosa después de una buena tormenta.
• Conviene mantenernos constantemente atentos al comportamiento de las gaviotas. Cuando se muestran activas, suele venir motivado por la posibilidad de alimentarse de peces pequeños; y no debemos olvidar que cerca de los pequeños siempre habrá especies de mayor tamaño.
• Recuerde que las mejores zonas para la pesca en los puertos suelen ser aquellas que se componen como vía de entrada a los mismos, siempre y cuando el tráfico marino no sea excesivo.
• Aquellas zonas utilizadas por los pescadores marinos para deshacerse de los desechos de la pesca antes de alcanzar el muelle suelen ser también buenos lugares de pesca, entendiendo que a ellas acuden no pocos peces para alimentarse.
• Debemos tener cuidado con las prohibiciones establecidas por las administraciones portuarias (suelen prohibir la pesca en las cercanías de las zonas de maniobra o en los canales de acceso).