El Reo es una de esas especies que levanta pasiones. El motivo es sencillo: representa un auténtico reto para cualquier pescador deportivo, tanto por sus propias características como por la incansable lucha que presenta para evitar ser capturado.
Diferenciar las truchas de los reos es una de las grandes discusiones que mantenemos los pescadores que habitualmente pescamos reos. Cuantas veces nos han surgido dudas por su gran parecido morfológico. Exponemos aquí unas ideas que nos facilitarán esta labor.
La más clara diferencia es el color de su cuerpo, pues los reos tienen un color plateado, pero claro esto ocurre cuando el pez lleva poco tiempo en el río, porque como todos sabemos, poco a poco van alcanzando la tonalidad dorada típica de las truchas. Entonces esto no nos vale.
Además, si es recién entrado, sueltan muchas escamas plateadas al manipularlo, quedándose pegadas a la mano, pero al poco ya las pieden, luego esto tampoco nos vale.
La primera diferencia bastante apreciable es su aleta caudal o cola que es más grande que el de la trucha y termina como el salmón en unas nerviosidades bastante duras, por eso podemos extraer del agua tanto el salmón como el reo por la cola pero sin embargo no lo podemos hacer lo mismo con las truchas, además la parte final de la aleta es mucho más recta que la de la trucha.
La segunda, son el opérculo que tiene el reo detrás de los ojos, pero hay alguna raza de trucha que también lo tienen.
La tercera es la mandíbula, en la trucha la misma se alarga un poco más de la perpendicular del ojo, mientras que en el reo no llega a esa altura.
La cabeza del reo es bastante más pequeña que en la trucha a idénticas proporciones de cuerpo. Este es un dato a tener en cuenta. Si creemos que tiene un cuerpo desproporcionado (por grande) a la cabeza, probablemente será un reo.
En cuanto a la aleta anal, en las truchas el borde es oscuro (como si tuviera un borde negro), mientras que en los reos es más mucho más clara.
Las manchas del reo suelen ser algo más oscuras que las de la trucha (las cuales tienen una coloración un poco más rosada).
Pero sin duda la forma más fiable de diferenciación la tiene el pescador una vez que la pieza ha picado: si presenta una lucha encarnizada, defendiéndose hasta la extenuación, se tratará sin duda de un reo. La trucha presenta batalla, pero nunca tan feroz como la de su compañero.
Después de tener en cuenta esos puntos nos puede ocurrir que en algunas ocasiones no sea suficiente para diferenciar si es verdaderamente un reo.
Hola. Muy interesante y bien explicado.Sólo pongo un pero,creo que el detalle de la mandíbula de la trucha y el reo es al revés . Al reo la mandíbula le sobrepasa el ojo,a la trucha no.
ResponderEliminarCreo que los datos proporcionados no son suficientemente claros o en todo caso no aclaran la cuestión de diferenciar un reo de una trucha. El reo tiene manchas en forma de x y la trucha no. Esta característica es a la práctica una diferencia infalible. El reo que acaba de entrar en agua dulce tiene unas escamas grandes y plateadas que dejan el salabre y la mano del pescador llenas de estas. Esta característica es también digna de reseñar, como lo haceis y creo que bien vale. Otra característica es que los reos al permanecer un tiempo en agua dulce, su piel se torna rojiza anaranjada, se vuelven "roxos" como dicen en Asturias. Finalmente los reos recién entrados tienen un color plateado azulado como los salmones. No hay que confundir a los reos con las truchas de ría que están en contacto con agua salda y dulce. Estas también son plateadas pero se distinguen claramente de los reos por la ausencia de manchas o marcas en forma de x, sobretodo en el lomo, y que no pierde el reo totalmente aunque su estancia en el río sea larga. El reo tiene un cuerpo aerodinámico y en forma de torpedo con una cola poderosa igual que el salmón. Sobre el combate de estos, hay reos que tiran mucho y otros muy poco, como sucede con las truchas. El reo es un pez saltador igual que el salmón atlántico, pero no todos los salmones y reos saltan al ser pescados aunque es habitual. Es muy significativo que el número de reos de verdad en un río pueda ser igual o un tanto superior que el número de salmones. Con todo esto quiero decir que la mayoría de truchas que se pescan en un río como el Sella, por poner un ejemplo, no son ni han sido jamás reos. Reos de verdad hay y ha habido siempre pocos. Lo que ocurre es que la mayoría de los que ahora intentan pescarlos los confunden con truchas o grandes truchas (50cm o más)creyendo que han pescado reos.
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