viernes, 14 de abril de 2017

«Las repoblaciones solo sirven para atraer cada vez a más cormoranes»





Carlos Rodríguez está presentando por toda España el audiovisual Futuro con truchas, realizado por Bicho Producciones. Cinco años después de su presentación, sigue siendo un referente en la educación ambiental sobre salmónidos. «Es el resultado de un largo trabajo de grabaciones subacuáticas. Ver a truchas de cinco kilos competir en los frezaderos es un espectáculo que anima a soñar con un futuro mejor», apunta el biólogo leonés.



-¿Cómo valora la política de repoblaciones?

-Los individuos con los que se repueblan los ríos compiten con los peces nativos, pero a diferencia de ellos finalmente apenas se reproducen. Como resultado de estas políticas, crecen los depredadores, para los que resulta fácil capturar las truchas de piscifactoría que no han aprendido a esquivarlos. Es algo que está científicamente contrastado en todo el mundo. Se da de comer a los cormoranes y al mismo tiempo no se deja descendencia útil en el río. Por el camino, se gastaron muchos miles de euros en maquillar una situación que se debería abordar de otro modo.


-Hay muchas restricciones para las talas de árboles en las riberas. ¿Perjudica esa circunstancia a los salmónidos?

 -Las sombras son muy necesarias para evitar el calentamiento del agua. El principal problema al que se va a enfrentar Galicia en las próximas décadas es que con el calentamiento global la temperatura del agua de los ríos va a superar en muchos cauces el rango aceptable para truchas y salmones. En zonas con ríos de montaña, estrechos y de aguas frías, el sombreado puede disminuir la productividad del río. Pero es algo que afecta a pocos cauces y hay planes de gestión que contemplan este aspecto de forma eficaz.


-Imagino que los embalses son palabras mayores para la pesca.

 -Es una situación bochornosa, pero que parece irrelevante dentro de Galicia. Las compañías que gestionan los embalses se están lucrando de una forma indignante. Ni pagan los destrozos que cometen ni respetan la legislación vigente, que obliga a construir escalas para peces y mantener unos caudales ecológicos. Los colectivos de pescadores piden el control de cormoranes sin reparar en que se han destruido por completo cuencas enteras de ríos trucheros por la construcción de presas. Sin protestas y con la connivencia de cierta clase política a la que parece que no le importa que se saquee la riqueza fluvial de Galicia para las próximas décadas.




Fuente: La Voz de Galicia

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