Carlos
Rodríguez está presentando por toda España el audiovisual Futuro con truchas,
realizado por Bicho Producciones. Cinco años después de su presentación, sigue
siendo un referente en la educación ambiental sobre salmónidos. «Es el
resultado de un largo trabajo de grabaciones subacuáticas. Ver a truchas de
cinco kilos competir en los frezaderos es un espectáculo que anima a soñar con
un futuro mejor», apunta el biólogo leonés.
-¿Cómo
valora la política de repoblaciones?
-Los
individuos con los que se repueblan los ríos compiten con los peces nativos,
pero a diferencia de ellos finalmente apenas se reproducen. Como resultado de
estas políticas, crecen los depredadores, para los que resulta fácil capturar
las truchas de piscifactoría que no han aprendido a esquivarlos. Es algo que
está científicamente contrastado en todo el mundo. Se da de comer a los
cormoranes y al mismo tiempo no se deja descendencia útil en el río. Por el
camino, se gastaron muchos miles de euros en maquillar una situación que se
debería abordar de otro modo.
-Hay muchas
restricciones para las talas de árboles en las riberas. ¿Perjudica esa
circunstancia a los salmónidos?
-Las sombras
son muy necesarias para evitar el calentamiento del agua. El principal problema
al que se va a enfrentar Galicia en las próximas décadas es que con el
calentamiento global la temperatura del agua de los ríos va a superar en muchos
cauces el rango aceptable para truchas y salmones. En zonas con ríos de
montaña, estrechos y de aguas frías, el sombreado puede disminuir la
productividad del río. Pero es algo que afecta a pocos cauces y hay planes de
gestión que contemplan este aspecto de forma eficaz.
-Imagino que
los embalses son palabras mayores para la pesca.
-Es una
situación bochornosa, pero que parece irrelevante dentro de Galicia. Las
compañías que gestionan los embalses se están lucrando de una forma indignante.
Ni pagan los destrozos que cometen ni respetan la legislación vigente, que
obliga a construir escalas para peces y mantener unos caudales ecológicos. Los
colectivos de pescadores piden el control de cormoranes sin reparar en que se
han destruido por completo cuencas enteras de ríos trucheros por la
construcción de presas. Sin protestas y con la connivencia de cierta clase
política a la que parece que no le importa que se saquee la riqueza fluvial de
Galicia para las próximas décadas.
Fuente: La
Voz de Galicia
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