La
organización SEO/BirdLife advierte de que los ejemplares de cormorán grandes no
son la causa de la disminución de las poblaciones de peces en los ríos, y la
eliminación de estos ejemplares podría contravenir la legislación europea,
resultando, por tanto, una medida ineficaz.
La ONG insta
a que se mejore la gestión y la calidad de los hábitats donde viven las últimas
poblaciones de salmones ibéricos y otras especies de peces, a evitar la
contaminación y a reducir la presión sobre sus capturas.
La realidad
que se está viviendo en los ríos del norte de la Península con respecto a la
disminución de las poblaciones de trucha y salmón en los ríos ha provocado,
como en años anteriores, una situación delicada previa a la apertura de la
temporada de pesca. Ante esta situación, en la que se solicita la
eliminación de ejemplares de cormorán grande, SEO/BirdLife pone de manifiesto
que plantear esta medida está en contra de la normativa europea y nacional ya
que no es una especie cinegética y su caza no está permitida. Únicamente
podrían ser autorizados, si no existe otra solución satisfactoria y solo si se
demuestra que es esta especie está causando "perjuicios graves". Pero
esta no es la circunstancia del cormorán grande, precisa la organización, tomando
como base un informe de la Comisión Europea donde se detalla que la presencia
de un cierto número de cormoranes pescando en las cercanías de una masa de
agua, incluso si se supiera que consumen una gran cantidad de peces al día, no
puede ser considerado automáticamente como conducente a una situación de
«perjuicio grave» a las pesquerías.
Además,
frente a las afirmaciones de la presencia de un mayor número de ejemplares de
esta ave acuática, precisamente en esta zona sucede lo contrario, dicen desde
SEo/Birdlife. El último censo nacional de cormorán grande realizado en
2012 pone de manifiesto un declive de algunas poblaciones de cormorán grande en
el Paleártico Occidental, especialmente en el norte y este de Europa y un
desplazamiento de algunas poblaciones reproductoras hacia el sur y occidente
del continente. El cormorán grande no es una especie reproductora en el norte
peninsular, sino una especie invernante y según datos del censo solo en Galicia
ha aumentado la población invernante de cormoranes, ya que en Asturias, Cantabria
y Euskadi la población invernante de esta especie autóctona ha disminuido.
El cormorán
grande no es culpable de la disminución de las poblaciones de truchas y
salmones en los ríos del norte de la Península, detallan desde la ONG. Y sí el
estado de conservación en el que se encuentran muchos de los hábitats donde
habitan estos peces. Tal y como recoge el Atlas y Libro Rojo de los Peces
Continentales del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio
Ambiente (MAPAMA), las principales amenazas para las truchas y los salmones
apuntan a los vertidos o contaminantes urbanos e industriales; a la extracción
de áridos o la modificación de los cauces naturales; también a la presas, saltos
de agua y otros obstáculos en el cauce de los ríos; a la captación de agua para
usos urbanos o agrícolas; a la sobreexplotación por pesca deportiva así como a
la introducción de truchas procedentes de poblaciones alóctonas. Presiones
que coinciden también con las que se identifican en los recientemente aprobados
planes de gestión de las Zonas de Especial Conservación de la Red Natura
2000, designadas por las comunidades autónomas.
"La
mejora en la gestión y calidad de los hábitats donde viven las últimas
poblaciones de salmones ibéricos y otras especies de peces autóctonos son
cruciales para evitar el declive de las poblaciones de nuestros peces. Se debe
evitar la contaminación de los ríos, eliminar los obstáculos que impiden el
desarrollo del ciclo biológico de los peces, la destrucción de los frezaderos y
reducir la presión sobre sus capturas", afirma Nicolás López, responsable
de especies de SEO/BirdLife, aspectos en los que también coinciden científicos,
técnicos y algunos gestores de gobiernos autonómicos y colectivos de
pescadores.
"La
eliminación de cormoranes solo sumaría un problema más a la situación actual,
ya que además de constituir una posible vulneración de la legislación,
supondría un gasto público innecesario, que no solucionaría el problema. La
solución satisfactoria a la reducción de las poblaciones de peces no es matar
cormoranes sino conservar nuestros ríos en el mejor estado posible",
argumenta el biólogo de SEO/BirdLife.
Además,
SEO/BirdLife recuerda los controles de poblaciones de esta especie realizados
en otros países europeos han demostrado ser ineficaces. El informe The
Intercafe Cormorant Management Toolbox -Methods for reducing Cormorant problems
at European fisheries de la Interdisciplinary Initiative to Reduce Pan-European
Cormorant Fisheries Conflicts – señala el caso de Francia y concluye que
"las autoridades nacionales y muchos piscicultores y pescadores han
llegado a la conclusión de que los disparos resultan ser una actuación
en gran medida ineficaz".
Fuente: La Nueva
España
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