Cada uno de
los cerca de 900 mil salmones que escaparon desde el centro de cultivo Punta
Redonda de la empresa Marine Harvest, ubicada en Isla Huar (Calbuco, Región de
Los Lagos), habría alcanzado un peso de 3,4 kilos. Esto equivale a unos 3
millones de kilos.
Con estas
cifras a mano, Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva de Oceana Chile,
cuantifica el impacto tras el escape de estas especies, y sus consecuencias en
el medioambiente y en el consumo humano. Según señala, en nuestro país, se
utilizan 500 toneladas de antibióticos anualmente en la industria de la
salmonicultura. Lo que se traduce en el 80% de la totalidad a estos productos
que son importados a Chile.
Los salmones
son especies carnívoras que fueron introducidas a Chile, “son como los leones
del océano” ejemplifica van der Meer, agregando que lo esperable es que los
ejemplares comiencen instintivamente a alimentarse de otros animales.
“Ellos van a
buscar cualquier forma de alimentarse para sobrevivir. No hay ningún estudio de
cómo se comporta un salmón cuando sale de la jaula”, menciona Van Der Meer, y
agrega que este tipo de episodios de escape se han venido presentando con mayor
frecuencia todos los años.
Desde Oceana
explican que las especies que se escaparon son salmones del Atlántico y que es
esperable que comiencen, ahora en libertad, a hacer el ciclo de vida natural,
es decir, subir los ríos a desovar, para luego morir y que las crías bajan en
dirección al mar para alimentarse y crecer.
Respecto al
riesgo para la salud por el consumo, Van der Meer explica que aproximadamente
el 90% de los salmones que se producen en Chile son exportados, y que antes de
salir del país los ejemplares son puestos en cuarentena precisamente para bajar
los niveles de antibióticos en el cuerpo al mínimo. Así, no hay niveles
trazables de antibióticos en la carne del salmón.
“Estos
salmones que se escaparon no tuvieron esa cuarentena, ese es el problema, por
lo que cuando los comas vas a estar consumiendo antibióticos”, detalla Van der
Meer.
El problema
del uso de antibióticos en la salmonicultura, agrega, es la resistencia que
está generando en el medioambiente y en las otras especies que conviven
alrededor de estas jaulas, ya que del total de toneladas usadas, un porcentaje
se pierde o queda en las fecas de los salmones y queda expuesto para ser
consumido por otras especies.
El año
pasado, Oceana elaboró un ranking detallando la cantidad de antibióticos
utilizados por las empresas con su producción anual. De esa forma, se
estableció el índice de consumo de antibióticos, es decir, la cantidad usada
según las toneladas producidas por cada empresa.
El
seguimiento de la organización al uso de estos productos en los salmones se
remonta a varios años, e incluso tuvo un capítulo que incluyó al Tribunal
Constitucional. Y si bien periódicamente, el Servicio Nacional de Pesca y
Acuicultura (Sernapesca) publica un informe general sobre el uso a nivel
industria, pero nunca a nivel de empresa, aseguran dede Oceana.
“Según las
últimas cifras que manejamos, Chile usa 1.400 veces más antibióticos por
tonelada de salmón producido que Noruega -primer productor a nivel mundial-, un
número que es altamente preocupante”, puntualiza la directora ejecutiva.
Para poder
conocer el detalle de uso por empresa, Oceana hizo en 2014 una solicitud de
acceso a información pública. Sin emabrgo, al pedir Sernapesca consentimiento a
cada una de las empresas involucradas para poder entregar la información, éstas
se negaron argumentando que se expondrían a un “riesgo competitivo y
comercial”.
Este
argumento fue desestimado posteriormente por la Corte de Apelaciones que
rechazó la hipótesis de secreto empresarial sostenida por el gremio salmonero y
afirmó que “la información ha de ser conocida por la opinión pública atendida
la importancia que tiene para el consumo humano la industria del salmón”. Pese
a esto, la industria presentó un recurso de queja ante la Corte Suprema el cual
buscaba dejar sin efecto la sentencia de la Corte de Apelaciones, pero el
máximo tribunal la desechó, ordenando finalmente a Sernapesca a entregar la
información solicitada.
Posteriormente,
la empresa Marine Harvest -la misma afectada por el escape de los salmones-
presentó un recurso de inaplicabilidad por inconstitucinalidad ante el Tribunal
Constitucinal para frenar la entrega de esta información, el que fue rechazado
durante el año pasado.
“Desde que
comenzamos a solicitar este tipo de información, siempre han existido empresas
que se han negado sistemáticamente a entregar los datos. Algunas, luego de
nuestra insistencia los han entregado, mientras que otras lo hicieron solo tras
el fallo de la Corte Suprema y algunas como Multiexport simplemente no han
entregado toda la información. El secretismo con que ha operado la industria en
este tema esconde una realidad que como país nos debe preocupar de sobremanera
y que está generando consecuencias negativas no solo en el medio ambiente, sino
también en la salud humana”, menciona Van der Meer.
Oceana
solicitó una vez más la información para los años 2015, 2016 y 2017 y,
nuevamente, algunas empresas -incluida Marine Harvest- se negó a entregarla,
aseguran.
Fuente: www.eldinamo.cl
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