Mientras se
desarrollaba la primera jornada de recogida de percebe en O Roncudo, Corme, los
trabajadores encontraron un calderón vivo, de más de tres metros, atrapado
entre las rocas.Pese a los esfuerzo de los mariscadores y del GES de Ponteceso
por devolverlo al mar, nada se pudo hacer para salvar al cetáceo, que
presentaba heridas considerables.
También se
alertó a la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos, CEMMA.
Aunque cuando llegaron a Corme solo fue para recuperar el cadáver de este
animal, de la familia de los delfines.Desde CEMMA explicaron que es muy inusual
ver a estos ejemplares cerca de la costa, ya que normalmente viven en aguas más
profundas.
Fuente: La
Voz de Galicia
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