El retumbe
de los bombos de la Treboada da Muimenta indicaron la llegada al embarcadero
fluvial de Torrón, en la parroquia de Sobrada (Tomiño), del párroco José
Rodríguez Ubeira, que se revistió en el mismo lugar, para embarcar en la
"Marta Siete", cogiendo entre sus manos la cruz parroquial. Su
misión: llegar a la ribera portuguesa y bendecir con la cruz a los parroquianos
que aguardaban en el santuario de Nossa Senhora da Cabeça, en Cristelo Côvo
(Valença do Minho-Portugal).
Como él
mismo avanzó, "cuando venga de vuelta, bendeciré las aguas en el medio del
río, pidiendo que haya buenas capturas y trabajo para los pescadores, y que no
sufran accidentes". Siguiendo el ritual, los pescadores echarán entonces
sus redes al agua y se suponía que en una de ellas entraría una lamprea que
siempre se ofrece como obsequio al sacerdote.
Con el barco
portando los bombos abriendo estela en el río, se fueron navegando hacia la
ribera portuguesa, mientras numerosas personas formaban cola para embarcar en
el siguiente viaje. Del lado portugués, el párroco de Cristelo Côvo hizo la
misma bendición.
Hasta la
ribera de Torrón llegaron tractores, un carrito tirado por un burro, jinetes a
caballo... En este lugar les esperaba una gran fiesta con verbena a cargo del
grupo de gaitas Brisas de Tomiño y una "chourizada" gratis en el
"torreiro", a partir de las 21 horas. La organización estuvo a cargo
de la Asociación Lanzo da Cruz. Colaboraron la comunidad de montes de Sobrada y
el Concello de Tomiño.
Fuente: Faro
de Vigo
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