lunes, 2 de septiembre de 2019

Un pescador clava un chivo en el cuello de un surfista en la playa de O Baleo, en Pantín






Juan Olaizola es monitor de surf en la escuela Pantín Surf Camp. Hace un par de días, como es habitual, acudió con sus alumnos y otros compañeros a coger olas en la playa de O Baleo, al lado de Pantín, en donde estos días se disputa el Abanca Galicia Classic Surf Pro. Al poco rato de iniciar la actividad vieron que en los acantilados había un pescador de costa haciendo spinning. Con su caña hacía lanzamientos al mar de una plomada, de unos ochenta gramos, que en uno de los extremos presenta un anzuelo de grandes dimensiones y que también lleva incrustado un mechón de pelo, generalmente de cabra o caballo, como señuelo. En uno de los lances, el pescador clavó su anzuelo en el cuello de Juan Olaizola, justo cuando estaba cogiendo una ola: «Noté un fuerte dolor en el cuello, dice el monitor, y cuando me eché la mano ya noté la plomada y el pelo y que tenía algo clavado. Fue un momento dramático. Además, el pescador, que yo creo que no se dio cuenta de que me había enganchado, tiraba del sedal». Explica que él trató de soltarse pero que fue imposible: «Intenté cortar la tanza, aunque fue imposible. Al final me ayudó un compañero, quien pudo romper la tanza tras morderla con los dientes».






Explica que con la ayuda de sus compañeros salió del mar y que un padre de uno de sus alumnos lo trasladó en su coche hasta el Centro de Salud de Cedeira: «Era un anzuelo con muerte, es decir, que no permite sacarlo. Me lo tuvieron que meter más hacia dentro para soltarlo y después, tras cortarme la zona con un bisturí, pudieron extraerlo. Era un anzuelo bastante grande. Fue increíble. No me quiero ni imaginar que hubiera pasado si engancha a uno de los chicos o les da con esa plomada en la cabeza». Destaca que cuando salieron a la playa trataron de hablar con el pescador para pedirle explicaciones, aunque señalan que tras ver lo que había pasado, cogió su coche y se escapó: «No sabemos quién fue. Está claro que él no podía estar ahí pescando, cuando nosotros estábamos muy cerca cogiendo olas».



Fuente: La Voz de Galicia

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