jueves, 13 de junio de 2013

Comportamiento sexual inédito en los calamares


Calamar cola de botella


Estudios recientes han descubierto otras maneras en las que el comportamiento sexual masculino del calamar "cola de botella" (Sepiadarium austrinum) que habita en el golfo Spencer, en el sur de Australia, produce una mayor cantidad de crías.

Investigadores australianos observaron que las hembras de este calamar ingieren parte del semen eyaculado por sus parejas después de que estas lo depositan en sus cavidades bucales -una característica que nunca se había visto en las especies de cefalópodos-, y que podrían utilizar esos nutrientes para ayudar al desarrollo de sus huevos no fertilizados. Esto entonces influye en el apareamiento de los machos, en especial porque se observó que las hembras más pequeñas ingieren más cantidad de la eyaculación del macho que las más grandes.

Los hallazgos fueron publicados en las revistas Biology Letters y Behavioral Ecology.

El autor principal del trabajo de investigación, el estudiante de doctorado Benjamin Wegener, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Monash, sostiene que esto podría explicar por qué los machos prefieren aparearse con las hembras más grandes, en un intento de minimizar el consumo de la eyaculación y mejorar sus posibilidades de fertilizar los huevos.

"Estos calamares viven durante un año y tienen una sola temporada de cría antes de morir, así que no es sorprendente que los machos puedan ser muy estratégicos al evaluar sus posibles parejas", observa Wegener. "Los hallazgos sugieren que los machos que copulan con las hembras más pequeñas podrían pagar un precio más alto por su eyaculación."

Ambos sexos comienzan a aparearse desde el principio, y las hembras almacenan el esperma del macho en una bolsa externa debajo de la boca para la posterior fertilización de los huevos.

"Los paquetes de esperma de un macho, llamados espermatóforos, tardan en producirse, y el macho debe pasar varios a la hembra si éste espera fertilizar sus huevos. Si la hembra está utilizando los nutrientes recibidos por el consumo de eyaculación para desarrollar sus huevos no fecundados, el macho podría incluso estar ayudando al próximo macho que se aparee con ella", precisa Wegener.

Por eso, estos calamares intentan maximizar sus posibilidades de fertilización de los huevos al tratar de aparearse con hembras más grandes que son menos propensas a comer sus espermatóforos.

Además, según el investigador, los machos fueron más propensos a transferir correctamente espermatóforos a las hembras que ya llevaban huevos.

El esperma se degrada después de sólo tres semanas y, si las hembras no ponen huevos dentro de este tiempo, aún obtienen los nutrientes.

Wegener destaca que esta investigación ha demostrado cómo la selección sexual puede dar forma a estrategias de reproducción de una especie de maneras muy inesperadas.

"Pero también plantea más preguntas que quedan por explorar: ¿las hembras usan a los machos como fuente de alimento o como un medio para evaluar la calidad de sus parejas? ¿Son los machos capaces incluso de utilizar este comportamiento alimentario para manipular la reproducción de las hembras? Esperamos que los futuros descubrimientos descubran estos interrogantes", concluye Wegener.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario