domingo, 30 de junio de 2013

Pesca de arrastre: "Gol por la escuadra"




Un gol por la escuadra y con el partido casi acabado. Con este símil futbolístico describe el sector pesquero su indignación tras la "inesperada" aprobación por las instituciones comunitarias -Parlamento, Comisión y Consejo- de una norma que obligará a incluir en el etiquetado del pescado el arte con que fue capturado. La decisión fue adoptada durante la última fase de negociación de la reforma de la Organización Común de Mercados (OCM), una de las tres patas de la Política Pesquera Comunitaria (PPC), junto con la gestión y el fondo financiero.

Y la obligatoriedad de especificar el arte de captura es interpretada por el sector como una nueva ofensiva contra la pesca de arrastre, que utiliza la mayor parte de la flota pesquera gallega y española -Gran Sol, NAFO, Atlántico Sur o litoral-- por parte de los grupos ecologistas. "Llevan años intentando la prohibición de este arte y ahora se les da una herramienta fantástica para realizar, por ejemplo, campañas contra el consumo de estas pesquerías", critican los representantes de la flota gallega, que avanzan que el propio sector extractivo y los comercializadores y transformadores de pescado están comenzando ya a organizarse para hacer llegar su disconformidad. "Es un gol que nos han metido en el último momento, a iniciativa del Parlamento Europeo, y cuando ya no quedaba tiempo ni capacidad de reacción y oposición y sin que el asunto fuera conocido en los casi cuatro años de debate de la reforma pesquera", explican.

El asunto y malestar del sector ante esta situación fue planteado por el presidente de los armadores de Vigo, Javier Touza, al secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, en un foro del Consejo Económico y Social de España sobre la reforma pesquera el martes.

El propio Domínguez señaló su desacuerdo con esta "distinción" del producto por arte. "Creemos que se presta a la manipulación, pero confío en la inteligencia del consumidor, sobre todo del español, que sabe perfectamente que el gallo no se pesca con palangre", afirma, en referencia las capturas de flotas arrastreras, como la de Gran Sol, de donde proceden la mayor parte de las capturas españolas de merluza, gallo, rape o cigala. "El problema es que a esa distinción se añada una valoración (negativa) y vamos a procurar explicar al consumidor que todos los artes usados legalmente son tan válidos y sostenibles como otros", añade.

Domínguez también alude a la presión ecologista contra el arrastre. "El problema no es que determinadas ONG demonicen un arte de pesca como el arrastre, que nosotros no creemos que sea destructiva con el hábitat, sino que en determinados sitios de la UE se les presta crédito y oídos", señala.

El sector, por su parte, relaciona este tardío acuerdo del trílogo comunitario como un último intento de la propia comisaria Maria Damanaki, "de la mano de ecologistas y muchos eurodiputados" que no tienen "ni la más remota idea" de lo que es la actividad pesquera, para actuar contra el arrastre cuando ven que la aprobación de la normativa de protección de especies profundas, que también prevé la prohibición, tiene más contestación de la que esperaban.

El sector recuerda que los mismos grupos ecologistas ya intentaron la prohibición en otros foros, como la ONU, sin conseguirlo. "No puede ser que se quiera prohibir un arte porque sí, sino que habrá que regularlo, como ha dicho FAO, pero ellos y la máxima oenegista de Europa, la comisaria Damanaki, siguen erre que erre y caiga quien caiga", critica el sector.

 

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