Algunas de las algas invasoras que arriban a las costas gallegas contienen componentes con capacidad para combatir tumores, la obesidad o la oxidación. Investigadores de la Universidad estudian la extracción de compuestos bioactivos de la especie japonesa Sargassum muticum que resultarían de interés para la industria de la nutrición y la farmacéutica. El proyecto está coordinado por la catedrática Herminia Domínguez y cuenta con una financiación de 107.000 euros a cargo del plan nacional de I+D hasta 2015.
Dos miembros del grupo recogen muestras en la playa |
Los expertos del grupo EQ-2, del departamento de Ingeniería Química y sede en la Facultad de Ciencias de Ourense, eligieron esta especie que coloniza nuestras costas desde los años 80 porque carece de valor comercial y, además de impedir el crecimiento de las algas autóctonas, causa perjuicios a las actividades pesqueras y recreativas. Su capacidad para fijarse al medio natural o a a elementos artificiales provoca que atasquen tuberías, ensucien aparejos de pesca o se enganchen a las hélices de las embarcaciones pudiendo provocar averías en el motor.
"Se trata de un alga oriental de 1 o 2 metros de longitud en aguas japonesas, pero que puede alcanzar más de 10 en zonas de la costa atlántica, donde es una invasora capaz de desplazar a especies autóctonas con las que compite por luz y nutrientes. Los intentos por erradicarla o disminuir su presencia no han tenido éxito y su retirada supone un coste asociado a otras actividades, por eso hemos propuesto la valorización de sus componentes", explica Domínguez.
El grupo colabora en este estudio con dos empresas gallegas -Conservas y Ahumados Lou (Ribeira) y Algas Atlánticas Algamar (Pazos de Borbén)- que incluyen las plantas marinas entre sus productos alimentarios.
El proyecto es la continuación de otro anterior -realizado entre 2009 y 2012- que pretendía obtener de la misma especie componentes potencialmente útiles como ingredientes cosméticos con actividad antioxidante. En este nuevo estudio, los investigadores continúan buscando procesos ambientalmente benignos para fraccionar el alga. "Nos basamos en la experiencia adquirida por el grupo desde hace más de 20 años con la tecnología enzimática -de membranas y fluidos presurizados-, utilizando disolventes renovables no tóxicos, esto es, agua y dióxido de carbono en condiciones sub y supercríticas", puntualiza Domínguez.
Antes de recoger las algas que analizarán en el laboratorio, los investigadores solicitan permiso a la Consellería do Medio Rural e do Mar y notifican "el momento y lugar de la recolección", así como la cantidad de ejemplares extraídos.
Ya en el campus ourensano, se llevan a cabo estudios de caracterización química del alga y de las fracciones obtenidas, en las que se estudia de modo rutinario la actividad antioxidante in vitro. "Y colaboramos con otros grupos de las universidades de Santiago, Barcelona y Oporto para evaluar otras actividades de interés cosmético o farmacológico", explica Herminia Domínguez.
La investigadora Elena Balboa lava las algas en el laboratorio |
El estudio con algas de arribazón es reciente en el grupo Q-2, creado por el catedrático Juan Carlos Parajó y merecedor de los sellos de excelencia y referencia de la Universidad de Vigo y la Xunta. "Todos estos años se ha venido aplicando la filosofía de la biorrefinería a diversas fuentes de biomasa terrestre de origen forestal, agrícola e industrial", comenta Domínguez.
Los compuestos que se podrían extraer de la Sargassum muticum son numerosos: "Las algas pardas contienen varios polisacáridos, compuestos fenólicos, minerales, proteínas, ácidos grasos, esteroles, carotenoides y vitaminas. Algunos de ellos no se encuentran en otras algas ni en fuentes terrestres. Nosotros trabajamos en su extracción y purificación, con especial énfasis en los carotenoides, polisacáridos azufrados y florotaninos. Por sus propiedades biológicas antitumoral, antiinflamatoria, antiviral, antioxidantes, antialérgica o antiobesidad, entre otras, tienen aplicación como ingredientes funcionales en productos nutracéuticos y farmacéuticos".
La catedrática de Ingeniería Química ratifica que los estudios para el aprovechamiento de micro y macroalgas experimentan un "aumento exponencial" en todo el mundo. "Independientemente de que este interés sea relativamente reciente en el mundo occidental, el empleo de estos organismos ofrece diversas ventajas derivadas del elevado número de especies, su rápido crecimiento, la posibilidad de producción en entornos controlados y la obtención de una gran variedad de nuevos compuestos bioactivos".
En el caso de las macroalgas como la Sargassum muticum, añade la experta, "hay un hecho que nos permite visualizar su potencial y es que a pesar de que algunas de ellas viven en hábitats desfavorables y expuestas a condiciones ambientales extremas no presentan daños, lo que sugiere que poseen mecanismos muy efectivos para protegerse de los depredadores y del estrés oxidativo".
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