Investigadores de 11 países estudiaron una población de 2,5 millones de atunes rojos y establecieron que la longitud y peso máximos son de 3,31 metros y 725 kilogramos, respectivamente.
Este hallazgo confirma los modelos de crecimiento que se aplican en la gestión de las pesquerías de esta especie, indicó el IEO en una nota de prensa.
Los 31 científicos que participaron de la investigación, bajo la dirección de José Luis Cort, científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO), establecieron la talla máxima del atún rojo teniendo en cuenta 224 publicaciones que datan de 1605 a 2011, y cientos de miles de datos aportados por los expertos.
La talla determinada, de 3,31 metros, es equivalente a 725 kg, que es el mayor registro en peso que se conoce de esta especie.
Este resultado dista mucho de la talla oficial aceptada por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) hasta la fecha para este recurso, de 427 centímetros.
Por consiguiente, los científicos recomiendan que este valor sea modificado por el correcto en la descripción que se hace de esta especie en el Manual de la ICCAT.
Cort, investigador del Centro Oceanográfico de Santander del IEO y primer autor del artículo, destacó “el gran esfuerzo por parte de 31 autores, pertenecientes a organizaciones científicas, universidades, empresas privadas, federaciones de pesca y a dos organizaciones regionales de pesca repartidos por todo el mundo, para resolver un importante tema como es el de la longitud máxima del atún rojo, que ha sido motivo de estudio durante varias décadas”.
La publicación científica aporta una de las claves para validar sus conclusiones: la remarcable isometría del crecimiento del atún rojo.
El IEO detalló que "los autores fijaron un rango de valores del factor de condición de Fulton (K) entre 1.4-2.6 (cifras basadas en los resultados del estudio presentado y en la literatura), que aplican como filtro en las enormes bases de datos de talla-peso para eliminar los puntos aberrantes (outliers), que son el origen de la confusión sobre el verdadero valor de la longitud máxima".
Los científicos atribuyen dichos outliers a muestreos mal realizados y/o errores tipográficos.
Por otro lado, un grupo de científicos del IEO reveló recientemente que las larvas de atún rojo procedentes de la puesta de 2003 tuvieron un mayor potencial en el crecimiento en comparación a las de los años 2004 y 2005.
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