Es necesario proteger el oricio asturiano, pero quizás una veda
permanente e indefinida sea demasiado. Eso es lo que opinan hosteleros y
organizadores de festivales gastronómicos de este equinodermo, manjar para
muchos asturianos. El gobierno regional matizó ayer que el borrador de decreto
que ha trasladado a distintos colectivos y asociaciones, y que plantea la veda
de la pesca de oricios sin límite de tiempo, es "una mera propuesta y
supone, por tanto el inicio de un trámite sujeto a diálogo y negociación".
La consejería de Desarrollo Rural afirma que los informes
científicos constatan una "desaparición progresiva" de los bancos
explotables de esta especie. Ya en 2013, el gobierno regional prohibió su
captura durante ocho meses. También ha desarrollado programas para la
repoblación del oricio y su cría en cautividad.
La Federación de Cofradías de Pescadores del Principado de
Asturias presentará alegaciones, según anunció su presidente, Dimas García.
Plantean que cuando transcurra un tiempo, que estima en unos cuatro años o
menos, se realice un estudio para determinar si la especie se ha recuperado y,
de ser así, levantar la veda.
En Tazones tampoco han acogido muy bien esta medida. La
secretaria de la Asociación de Hostelería, Gloria Caveda, explica que para sus
negocios los oricios "son muy importantes", por lo que cree que el
Principado debería "regular, pero no prohibir" su pesca. Rodrigo
Maseda, patrón mayor de la cofradía de pescadores de Tapia, considera acertada
la propuesta del Principado: "Se nos preguntó y apoyamos la medida. Hay
muy poco y es necesario recuperarlo; la actual forma de explotación no
funciona", resaltó.
Juan Riestra, organizador de la cita gastronómica "Los
oricios de Huerres", en Colunga, admite que la prohibición de la pesca
sería "una medida extrema, pero sí es cierto que hay que intentar hacer
algo para que no acabe desapareciendo". Riestra teme que con la
prohibición "el precio suba todavía más, al quedar sólo los de Galicia, y
terminarán convirtiéndose en un producto casi de 'delicatessen', aunque no es
como comer ostras".
En Bañugues (Gozón) también el oricio es el protagonista de
un festival con gran afluencia de visitantes. "No me parece mal que lo
prohiban, pero sí que lo hagan todo el año", asegura Esther García,
organizadora de la cita. Tanto en Huerres como en Bañugues, la mayor parte de
los oricios se adquieren en Galicia. Pero García apunta a que el abuso de las
empresas conserveras puede ser una de las claves de la sobreexplotación en
Asturias. "Ese caviar de oricios implica capturar muchos", señala,
mostrándose más partidaria de una restricción temporal.
A pie de barra las opiniones son contrapuestas, y más en
Gijón, donde el producto es la estrella en muchos establecimientos. Ataúlfo
Blanco, de Casa Ataúlfo, explica que la veda les "fastidia bastante".
"Que sea algo tan radical nos afecta. Ahora el cliente tendrá que saber
que los oricios que vendemos no son de aquí, sino de Galicia. No soy biólogo y
desconozco los motivos de la prohibición de captura, pero algo tan radical sí
que nos fastidia", señala. Para Manuel Méndez, de La Zamorana, esta
situación supone "un hachazo fuerte". "No sé si será para bien o
para mal, pero poco a poco van quitándonos productos, como ya sucedió con el
salmón asturiano. Nos terminarán quitando hasta les fabes", ironizó.
En cambio, Armando Rodríguez, de El Globo, sí se muestra de
acuerdo con la idea. "Me parece bien. Ya estuvimos cinco años sin bocarte
y se vislumbra en el horizonte que también tendrá que vedarse la captura de
sardina. Tenemos que fastidiarnos un poquitín todos. Vale más estar vedado que
quedar sin nada en el futuro. El problema llegará cuando veden en Galicia por
la falta de oricios. ¡Tendremos que hartarnos a comer ahora para coger alergia
y no echarlos de menos!", bromeó. Alberto Fernández, de la Cofradía del
Oricio, se mostró de acuerdo con Rodríguez, aunque aclaró que su opinión no es
la de la cofradía, que no se ha posicionado. "Es una opinión personal que
muchos comparten. La veda es muy acertada y puede que hasta llegue tarde. Somos
devoradores por naturaleza. O nos ponemos límites o esquilmamos todo. Eso sí,
la veda tiene que ir acompañada de un plan de repoblación. Sacrificarse una
temporada es una medida positiva para el futuro del sector", señaló.
También hubo tiempo para reflexionar sobre la procedencia de
los oricios que se comercializaron esta pasada temporada en Gijón, que concluyó
a finales de abril, y del posible aumento de precios. Los hosteleros
coincidieron en señalar que el producto suele venir de Galicia y Portugal. La
principal diferencia radica en el sabor. "El de aquí es menos dulce que el
gallego, pero también es cierto que hay zonas y zonas. El asturiano también es
más limpio y fresco", precisó Armando Rodríguez.
Ataúlfo Blanco se mostró preocupado ante la previsible
escalada de precios y consideró que pagar 15 euros por una docena de oricios ya
sería "superpagar" el producto.
Fuente: La Nueva España
No hay comentarios:
Publicar un comentario