El próximo
lunes comienza la campaña de pesca del centollo en Galicia, y como es habitual
las semanas previas se caracterizan por un preocupante repunte del furtivismo,
a pesar de que Gardacostas ha intensificado notablemente la vigilancia tratando
de poner freno a esta lacra y minimizar su impacto sobre los recursos.
Pero a pesar
de ese esfuerzo la pesca ilegal continúa, y los importantes decomisos
realizados en los últimos días por este departamento dependiente de la
Consellería do Mar no hacen más que confirmar que la pesca ilegal continúa y es
una amenaza medioambiental, económica y social difícil de erradicar.
Baste como
ejemplo el trabajo realizado el miércoles por los funcionarios de Gardacostas
adscritos a la unidad operativa desplegada en Vilaxoán (Vilagarcía). A bordo de
la patrullera "Punta Roncadoira" consiguieron localizar y recuperar
nada menos que cuatro kilómetros de redes caladas ilegalmente en medio de la
ría de Arousa.
Se trataba
de ochenta piezas de la red conocida como "miño", es o en la
comunidad gallega para la captura del preciado crustáceo.
Esos
aparejos, lógicamente calados en el mar sin balización ni identificación de
ningún tipo, se encontraban a la altura de las islas de Rúa y Sálvora. Y por la
cantidad de producto que había "enmallado" en tales redes, así como
por el estado del mismo, todo parece indicar que llevaban varias jornadas
caladas en el agua, a la espera de ser levantadas.
De hecho se
investiga la salida de puerto de alguna embarcación en la noche del sábado,
presumiblemente para depositar esos "miños" de manera fraudulenta.
Puede que
los responsables de este delito tuvieran previsto recoger sus capturas ilegales
mañana, para tratar de colocarlas en el mercado aprovechando el lunes la
apertura de campaña. O puede incluso que el mal tiempo reinante esta semana
impidiera a los furtivos acudir a por su botín antes de que los descubriera
Gardacostas.
Sea como
fuere lo único cierto es que este departamento retiró de la circulación otros
cuatro kilómetros de aparejo ilegal.
Una vez
subido a cubierta los guardacostas constataron que en aquellas redes había 290
kilos de centollo y 25 de buey de mar, lo que puede dar una idea aproximada del
daño que causan los ilegales.
Y lo peor de
todo, como se incidió en tantas ocasiones anteriores, es que son miembros del
propio sector los que lo destrozan y ejercen una competencia desleal que afecta
a los pescadores legales cada vez que capturan centollo en veda.
Estos
individuos que esquilman el recurso antes de que comience la campaña integran
lo que se conoce como "furtivismo legal", una práctica definida así
por la Guardia Civil que representa "un tipo de furtivismo silencioso, que
pasa más desapercibido y llega a unos niveles altos de fraude".
Éste es el
furtivismo que se produce cuando son profesionales del sector quienes,
valiéndose de sus permisos de actividad y las ventajas que conllevan, se
dedican a saltarse las vedas, los horarios y zonas de faena establecidos o los
topes máximos de captura permitidos.
Son capturas
"que no pasan por lonja y se venden en un mercado paralelo o directamente
a particulares al regresar a puerto o tras guardarlas en jaulas, salabardos y
demás utensilios hasta la finalización de su veda".
Así lo
explica la Guardia Civil, que precisamente pone como ejemplo de todo esto lo
que sucede con las capturas ilegales de centollo en Arousa, "donde la
principal responsabilidad (del furtivismo) recae en la flota".
En ello
abundaba Gardacostas de Galicia tras recuperar esos cuatro kilómetros de
"miños" y depositarlos a bordo el buque "Sebastián Ocampo"
-amarrado en el puerto de Vilagarcía- para seguir patrullando la ría en el
"Punta Roncadeira" en busca de actividad ilícita.
"La
presión de los furtivos aumenta año tras año en los días y semanas previos a la
apertura de la campaña del centollo, sobre todo en O Grove y sus
inmediaciones", confirman los funcionarios de la Consellería do Mar que
estos días desafían al mal tiempo tanto en la ría como en sus puertos para dar
con las ingentes cantidades de centollo que, se supone, han sido pescadas antes
de tiempo.
Fuente: Faro
de Vigo
Y, aparte, las cantidades de pescado que matan - mueren en el miño, axfisiados- y se dejan porque atraen a centollos y bueyes a comer.
ResponderEliminarEsto es una mi...de dominio público: se usan redes al final de su vida útil, se calan en los sitios más complicados porque no importa mucho perder algún paño y se dejan días para que se vaya cebando con el pescado muerto y atraiga más centollos.