Un estudio
desarrollado por EWG (Environmental Working Group), organización estadounidense
sin ánimo de lucro que se dedica a la protección de la salud humana y del medio
ambiente, concluye que comprar pescado de forma inteligente reduce la
exposición al mercurio y, además, reduce los niveles presentes de este elemento
en el organismo en sólo tres meses. Elegir determinadas especies de pescados y
mariscos es la estrategia para reducir la ingesta de mercurio o metilmercurio y
obtener suficientes ácidos grasos omega 3, algo que resulta especialmente
beneficioso para las mujeres embarazadas y los niños, ya que se trata de un
ácido graso poliinsaturado esencial para el desarrollo cerebral de los fetos y
los niños.
En esta
investigación participaron 20 mujeres estadounidenses con edades comprendidas
entre los 27 y 49 años que tenían en el organismo un nivel de mercurio
relativamente elevado. Tras elegir los pescados y mariscos para la dieta que
tienen un menor contenido en metilmercurio, se logró que su nivel en el
organismo se redujera en casi un tercio, dato obtenido mediante un análisis del
cabello de las participantes. Aunque el estudio concluyo a los tres meses, se
considera que probablemente el nivel de este elemento seguirá reduciéndose, si
se integran en la dieta diaria de forma permanente aquellos productos marinos
que contienen un menor nivel de metilmercurio.
Como ya
hemos comentado en otras ocasiones, se habla de mercurio, pero en realidad se
debe hablar de metilmercurio, neurotoxina procedente de la introducción del
mercurio en el ciclo del medioambiente y concretamente en los ambientes acuáticos,
donde algas y bacterias llevan a cabo un proceso de metilación. Los peces
pequeños se alimentan de estos organismos que acumulan metilmercurio, dado que
no se excreta, termina alojándose en el organismo de por vida. Al introducirse
en la cadena trófica se produce un proceso de transferencia de todo tipo de
sustancias a través de las diferentes especies, cuanto mayor es la especie, más
metilmercurio acumula en el organismo, de ahí que se recomiende reducir o
evitar la ingesta de especies grandes de pescado, como el pez espada, el atún,
etc.
El mercurio
es un metal cuya volatilidad le permite ser transportado a rincones lejanos del
planeta, tras haber sido emitido a la atmósfera a través de diversas
actividades humanas, metalúrgicas, mineras, industriales, etc. La lluvia
arrastra este elemento a los océanos y se produce el proceso antes descrito,
siendo el destino final su acumulación en el organismo de las personas que
consumen el pescado y el marisco. Volviendo al estudio, dado que el
metilmercurio se acumula en el cabello, la prueba para realizar su medición es
simple, efectiva y económica, pudiendo determinar con ella el nivel de este
elemento mediante una estrategia de cambio en la elección del consumo de
alimentos marinos.
Los
nutricionistas y los expertos en salud prenatal recomiendan evitar el mercurio,
pero sin renunciar al consumo de pescado y marisco por los beneficios que
proporcionan los ácidos grasos omega-3, por lo que la solución pasa por elegir
las especies con menor contenido en metilmercurio a fin de que se acumule la menor
cantidad posible en el cuerpo. En Estados Unidos, el gobierno federal promueve
el consumo de algunas especies de pescado que tienen un alto contenido en
mercurio, algo muy negativo para el desarrollo cerebral de fetos y niños,
además, no identifica las mejores opciones o fuentes de alimentos marinos de
ácidos grasos omega-3.
Por esta
razón EWG proporciona una práctica herramienta online desde el año 2014 para
quienes quieran reducir la ingesta de la neurotoxina, se trata de una
calculadora online que proporciona una lista personalizada de los tipos de
pescado y marisco que se recomienda consumir en base al peso, la edad y el
género. Los resultados muestran productos pesqueros de piscifactoría, salvajes
y enlatados con alto contenido en Omega-3 y un bajo contenido en metilmercurio,
proporcionando cifras de su aporte en la dieta semanal. También proporciona una
lista de especies que, aunque tienen un bajo contenido en la neurotoxina,
también lo tiene en ácidos grasos omega 3, así como otra de las que se deben
evitar por su elevado nivel de metilmercurio. A partir de estos datos cada uno
puede configurar una dieta según gustos, preferencias, estado de salud, etc.
Environmental
Working Group ha publicado, además, una tabla resumen con las recomendaciones
que ofrece sobre el consumo de pescado y las que proporciona la FDA (Agencia de
Medicamentos y Alimentación). En este sentido, merece la pena recordar que la
Comisión Europa intenta aumentar la tasa de mercurio permitida en el pescado
que se comercializa en la Unión Europea por puro interés comercial, dejando a
un lado el valor de la salud de los consumidores europeos. La CE quiere
aumentar la tasa de mercurio en los peces grandes de 1 a 2 miligramos por kilo
de pescado a fin de facilitar el comercio, ya que el número de capturas que no
se pueden comercializar por sobrepasar el nivel máximo permitido alcanza el
50%, con esta medida se reduciría al 14’5%.
En
definitiva, se trata de un tema que periódicamente se recuerda en beneficio de
los consumidores y especialmente de las mujeres embarazadas y los niños, podéis
conocer más detalles del estudio realizado a través de la página oficial de
EWG.
Fuente
gastronomiaycia.republica.com
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