No, no es una broma. El alcalde de Oleiros va muy en serio. Ayer anunció que el Concello levantará un «monumento aos delincuentes urbanísticos» en pleno centro de Mera y que la pieza, de fundición, tendrá cinco metros de alto.
En realidad, el objetivo de Ángel García Seoane es denunciar el comportamiento incívico de algunos vecinos que intentan envenenar o matar los árboles de las zonas verdes, bien porque les quitan la luz dentro de su vivienda bien porque les entorpecen las vistas desde la ventana.
El primer monolito se colocará junto a un platanero y unas palmeras que hace casi un año fueron diana «dos delincuentes ecolóxicos» en el paseo marítimo de Mera. Se instalarán replicas en Os Regos, en As Galeras «e diante das casas dos que intentan secar ou queimar as árbores». De hecho, según explicaron desde el gobierno local, generalmente coincide que este tipo de actos vandálicos se realizan delante de la casa de quien los comete. Esta misma semana se colocará el primer monolito.
Por otro lado, el alcalde también avanzó que el departamento municipal correspondiente revisará la concesión de tarjetas de aparcamiento para discapacitados. El motivo es que ha llegado al Ayuntamiento una denuncia de la Generalitat catalana porque un vecino de Oleiros aparcó con una de estas tarjetas que era propiedad de un familiar suyo... pero que ya estaba fallecido. «Xa é grave usar unha tarxeta dun familiar impedido, pero moito máis grave é usala cando xa está morto», indicó. Recordó que este tipo de tarjetas se conceden por un período de diez años, «polo que haberá que revisalas ou ver se o titular está vivo aínda», aseguró.
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