Se calcula que entre cincuenta y sesenta mil gallegos
practican la pesca de río. Aunque su presencia mediática es más bien reducida,
la pesca deportiva supera en licencias al deporte rey, el fútbol.
¿Cuáles son las especies pescables en Galicia? ¿Dónde están los cotos más solicitados por los pescadores? ¿Cuánto cuesta un equipo básico para echarse al río? ¿Qué requisitos son necesarios? Hemos hablado con miembros de la Federación Galega de Pesca para dar respuesta a esas preguntas. José Manuel Rey Alvela es el presidente de una federación que agrupa a asociaciones de toda Galicia en la que se encuentran federados nada menos que tres mil deportistas. “La cifra es relevante, pero solo indica el número de los pescadores que participan en campeonatos deportivos oficiales. Para dedicarse a la pesca deportiva no es necesario federarse y, de hecho, la mayoría no lo están”, explica Rey Alvela.
El primer requisito que hace falta para ser un pescador
legal es disponer de una licencia de pesca, expedida por la Consellería de
Medio Ambiente. El coste de una licencia oscila entre los 10 euros para menores
de edad y mayores de 65 y los 19 para los pescadores de entre 18 años y 65
años. La pesca de salmón y de reo tiene un suplemento adicional de cerca de 6
euros. Las licencias tienen validez por un año y se pueden renovar anualmente,
pagando la correspondiente tasa. A
partir de ahí dependerá de si se va a pescar en tramos libres, si es pesca sin
muerte o si se acude a los cotos de pesca, en los que será necesario solicitar
un permiso previo, cosa que se puede hacer habitualmente en un bar o
establecimiento cercano. También se
puede realizar a través de la página web de la Consellería de Medio Ambiente
(https://www.xunta.es:444/pescafluvial/index.php). Por último, existe un sorteo
anual de permisos que se suele llevar a cabo a finales del año anterior, para
aquellas personas que desean solicitar con antelación los cotos en los que
quieren pescar.
Este sorteo nos ha servido de referencia para señalar los
cinco cotos de pesca más solicitados por los pescadores gallegos. Un ranking
que encabeza en coto de Baio en el río Grande, entre los municipios de Zas y
Vimianzo, seguido del de Santa Comba, en el municipio del mismo nombre, ambos
en la provincia de A Coruña. En tercer lugar está el coto de Ponte Liñares, en
el río Limia, en Bande y el quinto, el Coto de Ximonde, sobre el río Ulla a
caballo entre las provincias de A Coruña y Pontevedra.
La provincia de A Coruña es la que cuenta con más
practicantes de este deporte y también con más cotos de pesca. Aunque solo uno
de cada veinte pescadores se federa, muchos pertenecen a sociedades de pesca o
las antiguas sociedades de caza y pesca. "No sabría con exactitud cuántas
sociedades de pesca hay, porque algunas tienen la pesca no como única actividad
y son también de caza --explica Jesús Bolaño, presidente del comité de
salmónicos de la federación --, pero la cifra mínima de sociedades en torno a
las que se reunen los pescadores gallegos superan las sesenta. Y aún así, hay
muchos pescadores que van por su cuenta."
A la vista de estas afirmaciones, cabría pensar que el
pescador es un deportista solitario. Sin embargo, la realidad contradice esa
primera impresión. "La pesca es un deporte social. Se va con amigos o con
familiares. A veces la pesca es el vínculo de amistad entre un grupo de
personas que salen al río juntos, están unas horas pescando, luego van a comer
un churrasco a un bar cercano..."
El número de pescadores ha descendido notablemente en
Galicia. A mediados de la década de 1990, se expedían más de 90.000 licencias
de pesca al año. En los últimos años la cifra supera con estrechez las 55.000.
En Ourense hay una tradición muy arraigada, aunque los
embalses han desfigurado bastante el
perfil de pesca que aquí se desarrollaba hace medio siglo. El salmón se
queda al pie del embalse de Frieira y lo mismo sucede con el resto de las
especies que son anádromas o catádromas, es decir los peces marinos que vuelven
al río a desovar, como el salmón, el reo o la lamprea, y los peces de río que
van al mar a reproducirse, como sucede con la anguila.
La pesca sin muerte se ha convertido en una de las
modalidades que más crece en interés y seguimiento por parte de los
pescadores. "¿Te imaginas un
futbolista que va al campo y no consigue balón? Pues para nosotros el pez es el
balón. Y si queremos encontrárnoslo a la siguiente vez, tenemos que preocuparnos
de su salud y de que pueda vivir. Por eso cada vez somos más los pescadores que
preferimos la variante sin muerte", explica Bolaño.
Como experto en salmónidos (trucha, reo y salmón), Jesús Bolaño nos
revela que en "el paraíso de la trucha gigante está en Ourense mismo, en
pleno núcleo urbano". Se trata de un coto si muerte en el tramo del río
Miño que pasa por el centro de la ciudad. "Tampoco está mal el río
Barbantiño, que ha recuperado bastantes peces". Sobre el Limia, uno de los
ríos históricos, los embalses los han perjudicado bastante, al igual que la
contaminación. "Pese a ser un río que está bastante perjudicado, el coto
de Ponte Liñares siguie siendo uno de los más solicitados por los
pescadores".
Las normas para pesca son muy estrictas en cuanto a horarios
y fechas. El reo y el salmón no empezarán hasta mayo. En algunos embalses se
puede pescar todo el año. Y hay especies para las que no existe veda, como
sucede con las alóctonas, es decir, aquellas que fueron introducidas en el
ecosistema gallego y que están causando un gran perjuicio, como el cangrejo
americano, el black bass, etcétera. Otras, por el contrario, están vedadas de
forma permanente, como ocurre con la anguila y el escalo. Abundantes hace menos
de medio siglo, ahora apenas se encuentran en algunos tramos y no en todos los
ríos. El esturión desapareció de los ríos gallegos a principios del siglo XX,
cuando incluso se utilizaba como abono en los labradíos del bajo Miño.
Al margen del precio de la licencia y el permiso, pescar es
una actividad que no tiene un coste elevado para quien la practica. "Si
alguien se quiere iniciar, primero ha de ir con algún pescador más veterano.
Por lo general siempre comenzamos de la mano de un familiar o de un amigo que
ya está versado. Si no tiene a nadie en su entorno, en cualquier sociedad de
pesca encontrará compañía que le introducirá en el deporte", señala Jesús
Bolaño. Sobre el el "kit" de iniciación, los veteranos recomiendan no
excederse en el presupuesto. "Es mejor empezar con un equipo muy básico y
económico, que no pasará de los 20 ó 30 euros, y una vez que te sientas seguro
y decidido a seguir, hacer una inversión mayor".
El equipo estándar se encuentra entre los 100 y los 200
euros. "Con 200 ya conseguimos un "full equip" completo,
incluyendo unas buenas botas, caña, carrete, sedal, anzuelos... todo lo
necesario", indica Bolaño. Sin embargo, a la hora de poner el listón por
arriba, le resulta difícil encontrar el límite: "Hay precios para los más
caprichosos y sibaritas: desde cañas que cuestan 3.000 euros, botas de
seiscientos... ".
Fuente: Laregion.es
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