El Gobierno de Navarra ha planteado a la Comisión Navarra de
Medio Ambiente una mayor limitación en la pesca de trucha con muerte para la
temporada de 2016, que arrancará la próxima primavera (1 de mayo hasta el 30 de
junio), tras conocerse que la población de trucha en 2015 (1.183 ejemplares por
hectárea) es la menor desde que en 1992 comenzaran a realizarse
sistemáticamente los conteos de ejemplares en los ríos navarros (un 16%
inferior a 2014 y un 60% menos que la media histórica).
Concretamente, la
propuesta de Medio Ambiente, ya consensuada con el Consejo Asesor de Pesca, es
reducir a dos jornadas los permisos de los que podrá disfrutar cada pescador
durante esta temporada y limitar el cupo de truchas que puede capturar a dos
por jornada (frente a 5 permisos y cupo de 3 truchas en la temporada anterior).
Por el contrario, el
Gobierno de Navarra desea fomentar la modalidad de pesca sin muerte (captura y
suelta) entre los aficionados navarros a la trucha, especialmente entre el colectivo
infantil y juvenil. Para ello, propone acotar dos nuevos tramos trucheros para
esta práctica (en los ríos Araxes y Urumea) y convertir en gratuitos los pases
para menores de 16 años que deseen pescar en estos tramos sin muerte.
Cabe recordar que, de
acuerdo con la estadística de temporadas anteriores, el 60% de los pescadores
navarros practican pesca extractiva y un 40% lo hacen mediante captura y
suelta, balanza que el Gobierno de Navarra desea invertir mediante las medidas
de fomento propuestas, buscando así reducir la presión y garantizar la
supervivencia genética de esta especie salvaje.
La propuesta
elaborada por el Gobierno de Navarra mantiene la proporción de permisos de
trucha, modalidad extractiva, que se distribuirán del siguiente modo por las
cuencas navarras: Baztan-Bidasoa 5.376 permisos; Oria-Urumea 4.667; Urederra
127 (coto natural de Zudaire 71); y Arga-Ultzama 684 (coto natural de Eugi
284).
Se mantiene la veda
para las cuencas de los ríos Ega, Arakil-Larraun, Ultzama, Irati-Erro y
Eska-Salazar, por la baja densidad de población truchera en dichas aguas, y se
vedan también los tramos limítrofes con Guipúzcoa de los ríos Leitzaran y
Añarbe (aguas arriba de la presa del embalse de Añarbe).
Como ya se ha
indicado, se crean dos nuevos acotados para pesca sin muerte en los ríos Araxes
y Urumea y se mantiene un tramo del río Ezkurra como espacio para la Escuela de
formación de pesca (en Santesteban, son 700 metros comprendidos entre los
puentes del río Ezkurra y el río Ezpelura hasta la desembocadura en el río
Bidasoa). Y los menores de 16 años podrán pescar gratis en estas zonas, para
fomentar esta modalidad entre los más jóvenes.
Por lo que respecta
al salmón, se establece un cupo máximo de 81 ejemplares que se podrán pescar
este año en el Bidasoa (83 en 2015). Se mantienen las medidas de protección del
salmón multinviernos acordadas y aprobadas en 2015. La campaña se iniciará el 1
de mayo y finalizará el 31 de julio o antes si se completa el número total
autorizado de capturas.
En referencia a la
pesca de especies exóticas invasoras, que suponen un grave riesgo para el
ecosistema de los ríos navarros, la propuesta de veda obliga a sacrificarlos en
el momento de su pesca, como medida limitadora de su expansión. Esta norma,
afecta entre otros peces, al lucio, la perca americana, el pez gato o el
siluro.
Con el fin de
prevenir la infección de mejillón cebra en las masas de agua de la Comunidad
Foral y evitar su propagación, se deberá realizar una exhaustiva limpieza y
secado de los utensilios de pesca, así como la observancia de cuantas normas
establezcan las confederaciones hidrográficas.
Los resultados de los
conteos y estudios del año 2015, sitúan a la población de truchas en 1.183
ejemplares por hectárea, lo que supone un retroceso del 16% respecto al año
anterior. Valor éste un 60% inferior a la media de la serie histórica
registrada desde 1992. Así se recoge en el informe anual de situación de la
población de trucha elaborado por el Gobierno de Navarra.
Desde comienzos de
los años noventa, anualmente, y después de la temporada de pesca, se realiza un
seguimiento del estado de las poblaciones de trucha en los ríos de Navarra. En
este seguimiento se estudia el tamaño y la estructura de la población de la
trucha salvaje que está presente en nuestros ríos. Con ello se conoce cuántas
truchas quedan en el río y la composición de los grupos de edad que conforman
la población: alevines, juveniles y adultos reproductores.
Con el año 2015 se
encadena el tercer año consecutivo de mínimos históricos. Es especialmente
preocupante el bajo nivel de población de alevines, ya que son los que marcan
dos años más tarde el número de truchas adultas.
Estos estudios,
además de la obtención de datos concretos, permiten calcular cuál es la
capacidad de carga de los diferentes tramos de los ríos salmonícolas de
Navarra. Es decir su potencial para albergar una población de truchas más o
menos numerosa. Esta capacidad depende de muchos factores: la calidad del agua,
el caudal y temperatura, y en general la composición de los fondos y el buen
estado de las riberas y conectividad longitudinal (impedida por la presas y
azudes en el cauce).
Los distintos
aspectos a los que afecta esta orden foral han sido consultados y debatidos en
el marco de la Comisión de pesca (expertos, y asociaciones que agrupan a
colectivamente a las personas que practican esta actividad lúdica).
En este sentido, la
directora general de Medio Ambiente y Agua, Eva García Balaguer, indica que
“resulta fundamental la colaboración de estas asociaciones para conseguir un
comportamiento responsable tanto en el uso de las artes de pesca como de las
diferentes modalidades para causar el mínimo daño posible a las poblaciones
actuales. Desde el Departamento se apoyarán diferentes estudios y jornadas
informativas y formativas para conseguir un mayor compromiso con la
conservación de la riqueza piscícola”.
La situación complicada de la trucha no es exclusiva de los
ríos navarros, y responde a condiciones climáticas y a la situación general que
afecta a los cauces fluviales. “Sin duda, los pescadores son unos de los
principales afectados por esta situación que es necesario abordar, tanto por
subcuencas (según ríos) como de una manera global, para garantizar la
recuperación, la protección y el disfrute de la ciudadanía de unos cursos
fluviales con vida, y de las funciones sociales y ecológicas que nos ofrecen”,
agrega la directora general.
Según anuncia, el
Departamento iniciará una reflexión común por cuencas, “que nos permitirá
establecer las líneas de actuación para cada una de ellas, y las condiciones
para la veda de pesca del próximo año 2017. La implicación de todos los
colectivos es clave para alcanzar los objetivos que nos marquemos para la
restauración de los cursos fluviales, considerándolos además en el contexto
amplio del trabajo a desarrollar en la labor de mitigación y adaptación al
cambio climático”.
Fuente: diariodenavarra.es
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