La aventura que relató Hemingway en su célebre novela
"El viejo y el mar"nada tiene que envidiar a la que ayer tuvo como
protagonista al vilagarciano Jorge Mondelo Vidal, de 41 años, que venció a
pulso a un auténtico gigante marino, un congrio de 25 kilos de peso y dos
metros de longitud. El aficionado pescador reconoce que fue una decisión
arriesgada pues el animal luchó con todas sus fuerzas y hasta que cayó vencido
en el último momento. El destino del congrio es ahora un exquisito guiso que
prepara su madre, aunque lo troceó para repartir también con su hermana.
El vilagarciano Jorge Mondelo Vidal, 41 años, buscaba
lubinas en las turbias aguas de Virxe das Mareas cuando a eso de las 11,30 observó
un congrio cuya boca y ojos asomaban desde su cueva a unos seis o siete metros
de profundidad.
"Pensé que iba a ser un ejemplar de siete u ocho kilos
con los que ya me había enfrentado y le disparé con el arpón a la cabeza,
momento en el que me di cuenta de su envergadura", explica el aficionado
pescador.
En ese instante advirtió el peligro. Estaba a 250 o 300
metros de la costa y el animal era mucho más grande de lo que me podía esperar.
"Además iba solo porque ayer, por unas causas o por otras, ninguno de mis
amigos me quiso acompañar como anteriores domingos y tenía que sacarlo de allí
yo solo", explica con tremenda serenidad.
Por ello se trazó un plan. Lo primero que hizo tras el
primer disparo fue atar la cola del congrio a la boya y en ese momento le lanzó
otro arponazo.
"Aún así, el animal seguía vivo y trataba de adentrarse
en el mar. Yo lo arrastraba a nado hacia la orilla y luego él tiraba de mi
hacia adentro. Por eso tardé más de una hora en sacarlo a tierra",
recuerda.
Reconoce que se trata de un pez muy peligroso pero es
consciente de que se rebelan mucho más los de talla normal, es decir los que
pesan en torno a diez kilogramos y, por lo tanto miden la mitad. Sabe también
que existen otros ejemplares mucho más grandes "pero se necesitarían más
brazos para pelear con él", reconoce. "Tampoco sería malo contar con
una barca de apoyo para evitar riesgos", deja caer en medio de la
conversación.
Pero al final, Mondelo logró su objetivo y llegó a la
orilla. Allí, lo primero que hizo fue llamar a su amigo y compañero de pesca,
el grovense, Manuel Aguiño pues la pieza era digna de exhibición.
La posó en el suelo y ya fue consciente de su tamaño.
"Pesó 25 kilos y mide unos dos metros como se puede comprobar en la
imagen, ya que mi estatura es de 1,83 metros", dice con el orgullo de
acabar de vencer a una verdadera bestia marina.
Y lo hizo él, solo, sin ayuda de nadie, pero matiza que como
aficionado tiene ciertos conocimientos. "Los congrios de mayor tamaño son
mucho más nobles y casi se sabe cómo van a actuar en el mar", dice con una
tranquilidad que apabulla.
Y a continuación refiere que vio otros dos congrios más
pequeños, de unos cuatro kilos, "pero los dejé para que crezcan". A
continuación sentencia: "Todo lo que se pesca es para comer y eso es lo
que vamos a hacer en mi familia con este ejemplar de congrio gigante"
El reparto estaba decidido de antemano. "Mi madre
prepara el congrio de forma clásica, lo guisa con patatas y guisantes. Y aunque
tiene espinas es exquisito". Las otras dos porciones de "rodajas como
platos", se las llevarán él y su hermana para casa. Menudo banquete.
Fuente: Faro de Vigo
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