lunes, 20 de julio de 2020

Un río menos para los pescadores de salmón: El Lérez estará vedado un mínimo de 5 años





El río Lérez vuelve a estar vedado, 17 años después, por la ausencia de ejemplares.

17 años después de que el río se reabriera, la Xunta decidió volver a cerrarlo esta temporada, porque la preocupación, especialmente, de los dos últimos años se confirmó en 2019 con el número de ejemplares contabilizados, lo que provocó que los técnicos hicieran hincapié en poner en marcha un plan de choque para recuperar esta especie.

Hubo una época no muy lejana en la que el Lérez era uno de los paraísos de la pesca del salmón de España. Su fama ha llegado hasta nuestros días porque para los cañistas siempre fue uno de sus lugares preferidos. "El Lérez es uno de los ríos más bonitos de nuestro país". Estas palabras de Virgilio Alonso, que en el año pasado capturó el rey del Lérez ponen de manifiesto la trascendencia del cauce.

La situación llegó a un punto límite a principios de los años noventa del siglo pasado cuando no se visualizaron salmones, por lo que en 1993 se puso en marcha una veda, que se prolongó durante una década. El plan de recuperación dio buenos resultados, por lo que en 2003 se volvió a abrir.

Durante estos algo más de tres lustros, en los que se pescaron 136 salmones, se pasó por diferentes periodos, muchos de ellos alimentaron la ilusión, no en vano hace diez año la media de visualizaciones de salmones superaban el centenar en cada anualidad, lo que hizo que aumentase el cupo de capturas que pasó de las cinco de 2003 a las 15 de 2016, pero en los últimos ejercicios hubo un descenso preocupante que llegó a su explosión en la pasada campaña.

El año pasado se redujo el número de capturas, se acortó el periodo de pesca (del 1 de mayo al 30 de junio) y pusieron a la venta menos permisos.

Esta veda no será algo temporal sino que se prolongará durante unos cinco años, según apuntaron fuentes de la Xunta de Galicia porque "realmente queremos recuperar la especie en el salmón". Durante este 2020 ya se han tomado medidas que serán reforzadas con repoblaciones, aunque realmente a la hora de analizar las causas todo el foco se centra en el furtivismo, que es el principal problema que tiene el río Lérez, pero no solamente en su cauce sino también en la desembocadura, sobre todo entre la zona de Combarro y Praceres.

El furtivismo es la principal causa del descenso de salmones en un río que pasó de tener tres kilómetros para la cría de juveniles a 26 gracias a una serie de medidas tomadas en la presa de Bora, por lo que actualmente existen las condiciones necesarias para que el río pudiera tener más población de salmones.

Desde 2003 el cupo fue variando. Hasta 2005 se permitieron cinco, posteriormente se subió a siete y en 2006 después a 15, cantidad que se mantuvo hasta 2010 cuando bajó a diez y en el 11, a ocho. Ese descenso se paró en 2014 cuando se aumentó a doce y en 2015 a 15. En 2018 solo se pudieron pescar dos ejemplares de diez posibles y la Xunta decidió volver a bajar hasta los cinco.

También hubo descenso en las capturas. En 2016 se alcanzó el máximo de 15, pero al año siguiente solo se cogieron cinco, en 2018, dos y el año pasado fueron tres.

El descenso de salmones era una preocupación tanto para los técnicos como para los pescadores que en los últimos años hacían hincapié en la necesidad de tomar medidas. Estos últimos siempre han reclamado a la administración autonómica una apuesta firme por el cauce, que genera un importante impacto económico en la ciudad porque la fama del Lérez que pescar en él fuera uno de los principales objetivos de muchos cañistas que tardan años en conseguir una buena fecha.


Fuente: Diario de Pontevedra

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