Guerra de estudios. Después de que sendos trabajos de la Consellería de Medio Ambiente y de la Sociedad de Caza y Pesca de Padrón hubiesen apuntado a un supuesto mal funcionamiento de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Silvouta como posible causante de la reciente muerte de decenas de truchas y escalos en el río Sar a su paso por los municipios de Rois y Brión, así como de hedores denunciados por vecinos, un tercer informe sostiene, con rotundidad verbal y respaldo de mediciones científicas, justo lo contrario. Exculpa a la planta de tratamiento, defiende que su incapacidad estructural para procesar todos los fluidos que recibe «non é algo que se produza puntualmente e que poda xerar un verquido que afecte á vida piscícola» y, si bien no señala responsable alternativo directo, sugiere que ha de buscarse en vertidos dañinos no autorizados realizados por terceras personas u empresas.
Datado a 3 de octubre, el documento lo rubrica un alto cargo de Aquagest, compañía privada que gestiona el servicio de abastecimiento en Santiago. «Se fose algún verquido na rede de sumidoiros que alterara a calidade da auga que [por falta de capacidade] non se depura en Silvouta [e se libera directamente ao río], esta alteración tamén se notaría no proceso de depuración de Silvouta inmediatamente», concluye. Más adelante, abunda: «É nun punto posterior a Silvouta onde se produce unha alteración do osíxeno presente na auga». Por último, enuncia como probables razones secundarias de la mortandad el «pouco caudal» del cauce y la «alta temperatura».
La concejala de Medio Ambiente e Infraestruturas, María Castelao (PP), también comparte las tesis del referido informe. «Aunque puede que incida en ello al no asumir toda el agua que le llega, la depuradora no es la causante principal de que el río esté mal. Además, la espuma que días atrás estaba en el Sar es imposible que provenga de allí», espeta. De ahí que la popular no halle en las muertes de los peces motivos extra para emprender a la de ya la construcción de la demorada nueva EDAR de Santiago.
De hecho, se mantiene en su postura de intentar forzar un cambio en el proyecto aprobado por el Gobierno central para que, recogiendo así el clamor vecinal, la estación no se levante donde prevé Madrid, sino en un emplazamiento próximo. «Eso -afirma- solo retrasaría seis meses el proceso de licitación. Si la ciudad lleva más de diez años esperando por la obra, bien puede aguardar medio más».
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