Decenas de embarcaciones deportivas pescan chocos en el interior de la ría de Vigo, desde A Guía hasta Arcade, una zona vedada desde julio a diciembre para los marineros porque es el lugar natural de desove de esta especie.
El patrón mayor de la cofradía de Redondela, Clemente Bastos, afirma que ha contabilizado algún sábado más de 60 barcos pescando en los alrededores de San Simón. Calcula que hay una media diaria de 30 embarcaciones con dos tripulantes cada una, con derecho a pescar 5 kilos por licencia.
Bastos dice no tener nada en contra de que los deportivos puedan pescar, pero critica que la Xunta les permita hacerlo en un espacio vedado. Asegura que informó a la consellería de esta situación sin que hasta la fecha haya recibido respuesta.
La veda, en realidad, es para el uso de los trasmallos, el arte que utilizan los profesionales para pescar el choco, pero no para las poteras, que utilizan los pescadores deportivos, ni para las nasas, que sí pueden utilizar los marineros (solo hay dos embarcaciones autorizadas), aunque en la época de veda no trabajan porque el choco es pequeño y no enmalla.
La veda en esta zona (desde el puente de Rande hasta el fondo de la ría) finaliza el 1 de diciembre, pero las cofradías que tienen flota dedicada a esta especie (Redondela, Moaña, Cangas y Vigo), comunicaron a la Xunta que no empiezan a faenar hasta febrero.
Entretanto, la mayoría de la flota del choco se dedica al marisqueo. Algunos barcos empezaron a ir al choco en la zona intermedia (de A Guía hasta Cabo de Mar), en la que no se realizan vedas, a causa de la caída de capturas de la almeja. Trabajan entre Samil y Cabo de Mar
El patrón mayor de Cangas, Evaristo Fernández, se suma también a las críticas de su compañero de Redondela. Entiende que existe una «discriminación grave» entre los pescadores deportivos y los profesionales en todos los campos, ya que los primeros pueden «andar por todo» todos los días de la semana.
Redondela tramita una marca para el choco que pesca su flota. Está pendiente del registro y para etiquetarla con ella, a que la Xunta construya la nueva lonja. Irá envasado individualmente especificando de dónde es, que día fue capturado y el nombre de la embarcación.
«Non podemos contentarnos só con saber pescar. Tamén temos que saben vender», dice Clemente Bastos.
El objetivo es diferenciarlo del importado y mejorar su precio.
Las capturas de la temporada pasada fueron 26.000 kilos
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