jueves, 27 de octubre de 2011

El yate retenido en Laxe será trasladado por mayor seguridad


El barco está aún pegado al muelle, donde se forman remolinos cuando hay temporal

El juzgado número 6 de Ferrol, que lleva el caso del velero Searing retenido en Laxe por el abono del rescate a los tres armadores que presuntamente evitaron que varara en la playa, ha permitido que el yate cambie de ubicación para garantizar su seguridad.

La cofradía laxense, previa consulta a los pescadores que presentaron la reclamación, solicitó el traslado a la Capitanía Marítima, que puso el asunto en manos del juez, ya que la embarcación está inmovilizada a causa del proceso judicial.

El yate se encuentra pegado al muelle, un lugar muy peligroso durante el invierno, puesto que se forman remolinos y corrientes que provocan que las embarcaciones se golpeen entre ellas y contra la pared del dique.

El pósito pretendía que el barco pasara el invierno en otra rada más segura y proponían la de Camariñas, que es la que habitualmente utilizan los barcos de Laxe cuando el oleaje es fuerte. Los dos marineros que viajaban en el velero continúan en la localidad, aunque ahora solo uno de ellos pernocta en el barco.

Fuentes de la cofradía laxense señalaron que no han tomado ningún partido en este caso y que únicamente se han preocupado por la integridad del buque. El puerto de Laxe es uno de los más inseguros de la zona y Portos de Galicia todavía no tiene listo el proyecto que reducirá el oleaje que se produce en su interior y que en parte viene provocado por la prolongación del dique de abrigo, aunque no es la única causa.

En determinadas zonas del muelles es bastante fácil que los cascos toquen con las rocas del fondo, lo que ocurre con el Searing, que finalmente será fondeado.

Todavía no hay nada decidido sobre el dinero que podrían recibir los rescatadores, pero hace solo unas semanas el juzgado número 6 de Ferrol dictó sentencia en un caso similar ocurrido en Corme a finales de julio del pasado año. Un yate sin tripulación se quedó sin ancla cuando sus dueños paseaban por O Roncudo. Lo rescataron tres marineros de la localidad, que han recibido por ello 300 euros cada uno de ellos. En ese caso el barco ni siquiera llevaba tripulación y uno de los salvadores corrió serio riesgo cuando cayó al agua.

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