Un aficionado, ayer, pescando en uno de los diques del puerto deportivo |
La pesca con caña en los muelles y diques de Fomento podría tener los días contados. La Policía de la Autoridad Portuaria ha iniciado una campaña de sanciones para frenar esta práctica habitual, muy extendida entre aficionados de todas las edades. Los agentes, que han llegado a imponer multas que alcanzan los 700 euros, afirman que se limitan a ejecutar la normativa vigente, que prohíbe las capturas en los refugios para lanchas de recreo. Por su parte, los afectados atribuyen la campaña al «comportamiento descontrolado de algunos jóvenes que han ocasionado problemas a dueños de embarcaciones y que han motivado el recelo de las autoridades». Otros aseguran que «no estamos cometiendo ninguna irregularidad».
«Nunca hubo ningún problema, pero la Policía Portuaria nos persigue a todos ahora por el mal comportamiento de algunos», señala Pelayo Rozada, un joven de 25 años que acude a pescar de forma regular al puerto deportivo desde los 12. Según explica, las primeras sanciones llegaron hace tres semanas, después de que varios patrones denunciaran insultos y lanzamientos de objetos por parte de un grupo de jóvenes pescadores, molestos por la llegada de las embarcaciones. «Siempre hubo una convivencia pacífica, cada uno sabíamos lo que teníamos que hacer. Así que espero que todo se arregle cuanto antes y que se vuelva a la situación anterior», razona.
Las sanciones van de los 300 euros para los aficionados con licencia a los 700 para los que no la tienen. «Incluso alguno ha tirado la caña al mar al ver llegar el coche de la Policía, porque le sale más barato comprar una nueva que pagar la multa», indica Rozada, que asegura que los agentes se incautaron del «material de muchos de los que estaban en el muelle».
La prohibición afecta a los diques Oeste y de Santa Catalina, al espigón del Balneario y a la Punta de Lequerica. «Pesco en el litoral gijonés desde 1975 y nunca había visto algo igual», asegura Rogelio Carballés, un veterano que acostumbra a disfrutar de su pasión junto a las instalaciones de Talasoponiente. Los últimos días ha intentado sin éxito ponerse en contacto con las autoridades portuarias para conocer la ley que ampara los castigos económicos. «Nadie ha sabido o podido darme una respuesta», señala, mientras esgrime un artículo de periódico en el que un experto rechaza que esta práctica esté prohibida en los puertos deportivos, «siempre y cuando no se realice desde una embarcación». No obstante, en el Puerto sostienen que la prohibición «no es nueva».
«Lo único que se va a conseguir es acabar con una tradición que entretiene a muchos chavales y jubilados, que no hacen mal a nadie», sostiene Carballés, que lamenta la falta de información. «Si ahora no van a dejar pescar, lo que tienen que hacer es informar y no poner multas de golpe y porrazo», añade. Además, anuncia que se ha puesto en contacto con miembros de la Corporación gijonesa para conocer de primera mano «si los ciudadanos podemos hacer algo».
La pesca en el puerto deportivo reúne a diario a decenas de gijoneses en el tramo costero comprendido entre Cimadevilla y la playa de Poniente, especialmente en horario nocturno o cuando hay oleaje durante la pleamar.
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