Cultivan lubina ecológica

Jaulas para el cultivo orgánico de lubina

Una empresa española tiene previsto cultivar la primera lubina ecológica en aguas de las Islas Canarias, que son óptimas para criar peces todo el año, y exportar la producción a la zona norte de Europa.

El biólogo Rafael Bernárdez trabaja en Inter Aqua Canarias junto a dos socios escoceses: Douglas Smart y Hugh Drever, científico y ejecutivo comercial, respectivamente.

El grupo ya instaló provisionalmente una jaula en la costa de Arinaga y espera su primera cosecha dentro de un año.

En 2011 se capturaron 90 millones de toneladas de peces en el mundo y se cultivaron 75 millones de toneladas. Y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calcula que en 2016 la acuicultura alcanzará la cifra de la pesca.

“En 1970 se consumían 11 kilogramos por persona al año, en 2000 ya eran 17 kg por persona. En muy poco tiempo, la acuicultura va a competir con la ganadería, porque, además, al contrario de lo que se suele decir, es más económico criar un pez que un pollo”, dijo Bernárdez.

Con respecto a las buenas características ambientales de Canarias, Bernárdez explicó que “las lubinas empiezan a gestar sus huevos por debajo de los 18 grados y si no llegan a esa temperatura, simplemente, no los tienen”.

"En Canarias, las temperaturas siempre oscilan entre los 18 y los 24 grados, por lo que evitan el periodo de gestación, que retrasa el proceso, porque una vez que ponen los huevos, se quedan sin carne”, agregó el biólogo.

El objetivo de los impulsores de la iniciativa no sólo es producir lubina de ración, sino de kilo, lo que creen pueden lograr en 18 meses, 6 antes que en otras latitudes.

La idea es sembrar alevines cada tres meses para garantizar la producción a los clientes, principalmente del norte de Europa.

"Tenemos la intención de cultivar la primera lubina ecológica; eso significa menos densidad en las jaulas, estrictos controles en cuanto al origen de los alevines, pienso ecológico, sobre todo de soja, con un certificado de sostenibilidad, incluso pensamos en métodos de sacrificio que minimicen el estrés”, recalcó Bernárdez.