En otoño, es fácil recorrer zonas que durante el resto del año permanecen anegadas, como las que quedan al descubierto en el pantano de Cecebre, que conforma un lugar de importancia comunitaria (LIC: un ecosistema protegido para conservar la biodiversidad natural de la fauna y la flora silvestres) dentro de la Red Natura 2000. Este embalse, cuya profundidad media es de solo 5,9 metros, cuenta con amplias áreas que nunca superan los 2 metros y quedan al descubierto formando extensos llanos de limo y vegetación baja.
Tanto en la cola que forma el Mero como en la que se cierra hacia su principal afluente, el Barcés, es entonces posible recorrer el fondo del pantano y descubrir la vida salvaje que habitualmente puebla estos parajes.
Precisamente allí descubrimos la presencia del visón americano. Se trata de un animal que ocupa hábitats acuáticos y se alimenta de crustáceos, peces, anfibios y pequeños mamíferos.
El Mustela vison es un animal de aspecto robusto, de cola larga y fornida, algo mayor (pesa entre 680 y 1.800 gramos) que el visión europeo, pero muy similar en aspecto. De pelaje marrón oscuro, confundía en principio el manto albino del ejemplar albino, de hocico, pies y orejas rosados y ojos rojizos.
Es probable que el ejemplar proceda de alguna granja de las que fueron destruidas en 1984 por el ciclón Hortensia. La liberación de especies alóctonas constituye una amenaza, incluso aunque sean depredadores de animales también exóticos, como los cangrejos americanos que en el pantano de Cecebre son plaga.
Es lo que opina el experto consultado sobre estas fotografías: «Interesantes (aunque no positivas) fotos».
Y es que, entre otros efectos negativos de su presencia, al entrar en celo antes que el visión europeo y aparearse con las hembras de esta especie, lo que genera un embrión inviable, altera el ciclo en la población nativa, ya que las hembras no vuelven a copular.
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| Los cangrejos americanos forman parte de la dieta del visón americano |
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