Santa Comba es un municipio de 11.000 habitantes que a pesar de estar enclavado en medio de la provincia de A Coruña, tan lejos del barrio sevillano de Triana, contó hasta hace cuatro años con 43 tablaos flamencos. Tanto negocio andaluz extrañó a vecinos, Policía Local, Guardia Civil, Xunta y a la Federación gallega de Empresarios de Discoteca, que descubrieron en el 2005 que en ninguno de esos negocios entró jamás un traje de faralaes. Investigaron y hallaron que todos esos negocios contaban con pista de baile, cabina de pinchadiscos y permanecían abiertos hasta altas horas de la madrugada.
Pusieron el asunto en manos de la Fiscalía y esta llegó a la conclusión de que el exalcalde José Toja Parajó otorgaba ese tipo de licencias para dar alas a los hosteleros a mantener abiertos sus locales como si fueran salas de fiestas o discotecas. Y, por si fuera poco, «omitió resolver o ni siquiera incoar expediente alguno ante las decenas de denuncias que le hacían llegar sobre la regularidad de las actividades de determinados locales de ocio nocturnos, que perturbaban la vida de los habitantes del municipio».
Ante esta situación, la acusación pública imputa al exregidor un delito de prevaricación por el que pide que sea condenado a ocho años de inhabilitación. Así, Toja Parajó ocupará el banquillo de los acusados el próximo 30 de noviembre en el Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña.
Considera la Fiscalía que el exalcalde, «lejos de instruir expediente alguno para controlar la situación denunciada o comprobar las irregularidades, se limitó a ordenar la confección de un informe jurídico que nunca fue incorporado a un expediente ni notificado a los denunciantes y a las autoridades. Eso lo hizo para crear la apariencia de actuar, cuando en realidad amparaba y mantenía una situación contraria a derecho».
Hay hosteleros en Galicia que ante la imposibilidad de conseguir una licencia de discoteca o sala de baile, lo que les permitiría permanecer abiertos hasta las cinco y media de la madrugada, piden una de tablao flamenco o café concierto para pagar menos y gozar de todas las ventajas que el otro permiso le otorga. Y hay alcaldes o concejales que lo permiten. En Galicia abundan los tablaos. En realidad, no son más que pubs corrientes que solicitan esa licencia amparándose en las ventajas que supone frente a otras modalidades.
Según dicta la legislación autonómica, tablaos y discotecas gozan de un horario más amplio, que oscila entre las cuatro y media de la madrugada en invierno y las cinco y media en verano. Esto supone una diferencia de una hora y media con respecto a los pubs y de más de dos horas respecto a cafeterías.
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