Miembros de Salvamento Marítimo recuperaron ayer el cadáver de un hombre que apareció flotando en la ría de Vigo. Un pesquero que faena habitualmente en esta área localizó el cuerpo al este de las islas Cíes, frente a la costa de Coruxo, y dio la voz de alarma a las seis y cuarto de la tarde.
La embarcación Salvamar Mirach depositó los restos mortales en el nuevo puerto deportivo de Baiona, desde donde fue trasladado hasta el tanatorio de Emorvisa, en Vigo tras ser custodiado por la Guardia Civil.
Todo parece indicar que se trata del hombre que desapareció el pasado domingo y cuyo rastro se perdió en las rocas de la península de Monteferro, en Nigrán. La Guardia Civil, Emergencias Val Miñor, Protección Civil, Salvamento y el Pesca 1 emplearon toda la mañana en la búsqueda del cuerpo en la punta de Monteferro, el lugar donde se le perdió la pista.
Francisco de Asís Abaldes, de 39 años de edad, salió de su domicilio el domingo hacia las tres de la tarde. Sus familiares se preocuparon por su ausencia cuando pasadas las doce de la noche no había llegado todavía a casa y no estaba con su madre, como pensaban. Entonces comenzaron a llamar los hospitales y centros de salud de la provincia pensando que a lo mejor podía haber sufrido un accidente de tráfico y no habían podido localizarles. Al comprobar que no había sido así, comenzaron a sospechar en la posibilidad de que hubiera sufrido un terrible accidente en las rocas donde solía pescar. No había amanecido aún cuando el padre, hermanos y cuñados bajaron hasta la punta de Monteferro. Los peores presagios de los familiares se hicieron realidad cuando vieron su coche aparcado junto a las rocas, pero no había ni rastro de él. Se puso en marcha un dispositivo de búsqueda por tierra, mar y aire que no dio los resultados esperados.
Las pocas esperanzas de encontrar a Francisco con vida quedaron descartadas cuando pasadas las diez y media de la mañana un agente de Emergencias Val Miñor encontró en lo alto de una peña su caña de pescar con la punta rota y un reloj. Se cree que el hombre pudo resbalar y precipitarse a las rocas a una altura de más de diez metros en una zona en la que se han producido otros accidentes mortales.
Los agentes buscaron por las rocas durante horas mientras que Salvamento Marítimo y el Pesca 1 trataban de encontrar el cuerpo en el agua. Los buzos no pudieron sumergirse debido al mal estado de la mar.
Después del mediodía suspendieron la búsqueda. Familiares, amigos y vecinos de la víctima permanecieron en la zona todo el día. Francisco de Asís Abaldes estaba casado y era padre de dos niñas. A pesar de ser una persona joven, este vecino de la parroquia viguesa de Coruxo estaba retirado de la vida laboral y recibía una pensión por problemas en la columna vertebral.
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