Entre el 9 y el 18 de octubre, la cadena de comercialización y depuradoras tuvieron que devolver al mar 365.000 kilos de mejillón afectado por la toxina lipofílica (diarreica), según información facilitada por Covadonga Salgado, directora del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar).
El día 9 fue cuando se ordenó el cierre de la mayor parte de los polígonos de bateas de Galicia tras detectar elevados niveles de toxicidad. Entre ese primer día y la semana siguiente, el servicio de alertas del Intecmar notificó el episodio a toda la cadena comercializadora y de distribución del molusco. Las tonelas de mejillón se devolvieron al mar en los polígonos de procedencia.
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