Desde ayer y
hasta el próximo 31 de julio, el río Lérez, junto con los demás cotos
salmoneros de Galicia, es el foco de atención de los pescadores que cada
jornada buscan al "rey del río". Sin embargo, al contrario que en
campañas anteriores, aquellos que busquen el tradicional "campanu"
-el primer ejemplar de la temporada- se quedarán con las ganas ya que en esta
ocasión este galardón llegó nada más comenzar la jornada. A las 7.50 horas era
capturado en la presa de Bora un ejemplar de 4,680 kilos por David Seoane, un
pescador de Pontecesures.
David Seoane
muestra el ejemplar de 4,7 kilos con el que se abrió la temporada del salmón en
el Lérez
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No eran
siquiera las ocho de la mañana cuando David Seoane, un pescador de
Pontecesures, capturaba el "campanu" del Lérez, en la presa de Bora.
Con la temporada del salmón recién iniciada, ayer mismo, el río ofrecía su primer
premio, un ejemplar de casi 4,7 kilos de peso que este aficionado perteneciente
a un club de Padrón logró capturar a los diez minutos de llegar al río y lanzar
la caña. Él mismo explicaba, poco después, que "pude sacarlo a la orilla
después un cuarto de hora de pelea, en la que el salmón dio varios saltos fuera
del agua", es decir, la pugna "habitual en estos casos", añadía
Seoane.
El pescador
llegó a la presa de Bora en torno a las siete y media de la mañana, nada más
comenzar una temporada que los pescadores consideraban, a priori,
"prometedora". El presidente de la agrupación de pescadores
Pontemoamar de Pontevedra, Manuel López, que se estrenó en Pontearnelas, en el
río Umia, para pescar el reo (cuya temporada comenzaba también ayer) apuntaba
que "hubo comida" para que los ríos sean propicios, si bien admite
que todo depende de la climatología y el cebo que se emplee.
David Seoane
capturó el "campanu" del Lérez utilizando la cucharilla, pero
reconoce que "este fue el único salmón que vi en toda la mañana". Sea
como sea, aunque aparecieran más presas, él ya tenía cubierto el cupo del día,
ya que solo está permitido un ejemplar por jornada. Este pescador de
Pontecesures subraya sus temores de que el Lérez albergue este año pocos
salmones diciendo que los "propios guardas nos indican que no hay
muchos".
En todo
caso, él ya cuenta con su trofeo de este año y nada menos que el primer
ejemplar de la temporada, aquel que en Asturias llaman "campanu". Sin
embargo, al contrario que en tierras asturianas "aquí no está permitida su
venta", cuando en otros lugares el "campanu" se suele subastar a
restaurantes u otros postores.
La intención
de David Seoane es celebrar una comida con todos los miembros de su club de
Padrón. De hecho, explicaba que otros compañeros ya habían capturado sus
propios ejemplares en otros ríos gallegos, con lo que todos los salmones
obtenidos se prepararán conjuntamente para organizar una reunión gastronómica
en torno al "rey del río".
El coto de
Monte Porreiro estarán abierto para la captura del salmón hasta el 31 de julio,
siempre y cuando no se llegue antes al tope de ejemplares por recinto y
temporada que para el Lérez son doce, con el añadido de que cada pescador solo
puede capturar una presa al día. Manuel López, presidente de Pontemoamar, no
tuvo suerte en el sorteo de los puestos, por lo que ayer su jornada de pesca,
en aguas del río Umia, se centró en las truchas, logrando capturar seis "y
se me escapó un reo grande", cuya temporada también comenzó ayer. Explicó
que el Umia, como los demás ríos de la comarca, llevan mucho caudal.
Mientras
López probaba suerte en Pontearnelas, otro socio del club, Antonio Ruiz Barcia,
era testigo en el Lérez de la captura del "campanu", si bien en su
caso no dispone de autorización para el salmón, por lo que se dedicó a la
trucha, con cuatro ejemplares pescados. Antonio Ruiz asegura que "el río
está en condiciones inmejorables para la trucha, con el agua muy
transparente", si bien en el caso del salmón "lo que se comenta por
aquí es que por el momento han remontado el río pocos ejemplares y los que lo
han hecho son pequeños".
Esta
aparente escasez de salmones fue refrendada por el pescador del
"campanu", David Seoane, quien explicó que después de esa captura ya
no volvió a ver ningún otro ejemplar. "A primera hora de la mañana están
menos espabilados y quizás por eso pudo atraparlo, porque a medida que pasa la
jornada es más difícil".
Fuente: Faro de Vigo
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