Una mancha
natural de color naranja producida por un alga que tiñe el agua de rojo se
extendió ayer a lo largo de la ría de Vigo, desde la costa de Cesantes, en
Redondela, hasta la playa de la Etea, en Vigo. A las 15.00 horas alcanzó Moaña.
En este último municipio, la Policía Local tuvo constancia de que un bañista
salió del agua con picores por todo el cuerpo, lo que llevó al Concello a
cerrar diez playas al baño. Se trata de Fontexelo, Sobreira, Areal do Porto,
Borna, Arnado, A Xunqueira, A Mosqueira, O Con, Río de Ribeira y Cámping. Un
cartel advierte: «Por mor da marea vermella de algas, pechada ata novo aviso».
La primera
alarma saltó a las 11.00 horas en Chapela, donde un particular alertó al 112 de
que veía una mancha roja. Según fuentes de Salvamento, se trata de la conocida
«purga de la marea», una floración de algas que se produce cada año en fechas
cercanas a septiembre.
Expertos
consultados relacionan el fenómeno con la marea roja que provocó el cierre de
polígonos al marisqueoa. En verano, cuando hay altas temperaturas y las aguas
profundas vienen cargadas de nutrientes, las algas unicelulares pueden crecer
de una manera brusca y soltar toxinas que tiñene el agua.
La mancha
también apareció en la playa de A Etea. Al lugar se desplazaron patrullas de la
Policía Local y de Salvamento Marítimo. Los técnicos del Puerto de Vigo
constataron que no era un vertido contaminante sino un alga que tiñe el agua de
color rojo, aunque quedaron pendientes de los análisis de Medio Ambiente.
Por su
parte, el Concello de Vigo dejó en manos de la Xunta el caso al ver que era una
mancha natural, según informaron fuentes de la Alcaldía. La playa de la Etea
siguió abierta al baño.
En Cesantes,
los pescadores estaban alterados desde la primera hora de la mañana cuando una
extensa mancha de color anaranjado llegó a la playa situada junto a la lonja.
En el bar en el que muchos marineros desayunan no se hablaba de otra cosa.
La Policía
Local se personó en el arenal a la una de la tarde acompañada de los bomberos.
Ambos cuerpos de seguridad recogieron en el mar con una botella traslúcida una
muestra del liquido de color que lamía la arena bajo al superficie del agua.
El patrón
mayor de la cofradía de pescadores, Clemente Bastos, alertó al alcalde ya que
creía que se trataba de un vertido y manifestó a la policía que el liquido
anaranjado podría proceder del levantamiento de una tubería cercana. Los
agentes señalaron que la mancha de la playa de Cesantes tenía 200 metros de
longitud y no se atrevieron a decir cuál era su naturaleza. Depositaron la
muestra recogida en el agua en una farmacia para su custodia y análisis en el
laboratorio. No se cerró la playa al baño y los usuarios ni se inmutaron pero
tampoco entraron en el agua.
Fuente: La
Voz de Galicia
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