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| Un grupo de ourensanos observa la espuma que en la mañana de ayer recorría el Barbaña |
De nuevo el río Barbaña. En los últimos años el afluente del Miño viene sufriendo las consecuencias de una maña gestión de los vertidos por parte de los concellos por los que circulan sus aguas. La última agresión fue detectada ayer sobre las 11.30 horas de la mañana. Una espuma blanca llegaba a la capital ourensana río abajo procedente de la depuradora de San Cibrao. No es la primera vez que la contaminación parte de este enclave a donde van a parar muchos de los residuos procedentes del polígono industrial. La comisaría de aguas de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil se desplazó ayer hasta la zona para recoger muestras que serán analizadas con el objetivo de esclarecer el origen de la espuma y proceder a la consecuente sanción administrativa.
El Concello de San Cibrao, del que depende la depuradora, cuenta en la actualidad con un gran número de sanciones por este motivo, al llegar hasta la depuradora los restos de muchas de las empresas que en la actualidad desarrollan su trabajo en el polígono industrial. Las continuas multas y los encuentros y reuniones entre la Confederación Miño-Sil y responsables de los concellos no han sido suficientes para terminar con la contaminación de estas aguas que se repite cada vez con más frecuencia.
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La plataforma Ríos Limpos se constituyó el pasado año con el objetivo de defender las aguas que rodea la ciudad. Miembros del colectivo visitaron ayer la zona para comprobar cuál era el origen del vertido y comprobaron que aguas arriba de la depuradora de San Cibrao el agua corría limpia. Presentarán una denuncia por los hechos.
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