domingo, 23 de agosto de 2015

Los pescadores de solla en el Ulla denuncian que la cofradía quiere quitarles su medio de vida






Los pescadores de solla en el río Ulla se sienten amenazados, denuncian que quieren acabar con su medio de vida, se aferran a la historia y la tradición para defenderlo, apelan a su respeto a las normas y muestran su indignación con una situación de la que responsabilizan directamente a la cofradía de Rianxo.

Son habitualmente pescadores de ese puerto y de Carril (Vilagarcía) los que se dedican a la pesca de dicho recurso, y son trece de ellos -armadores y tripulantes- los que ahora firman un escrito para denunciar el "agravio" al que dicen verse sometidos.

Y es que "quieren quitarnos nuestro pan y el de nuestros hijos para dárselo a quien no cumple con los criterios y baremos establecidos por la Administración, en una acción que puede considerarse oportunista, tendenciosa y caciquil", denuncian.

Estos pescadores aseguran que "desde hace varios meses se nos ha evitado y ninguneado", pues sus escritos no fueron atendidos y el patrón mayor ni siquiera quiso recibirlos, "en un ejercicio absolutamente antidemocrático y en un claro incumplimiento de las obligaciones legales de la cofradía como organismo colaborador de la Administración".

Protestan porque "han intentado sacarnos del mar y apartarnos de nuestro medio de vida para dárselo a otros, estableciendo sin autoridad para ello normas para sacar a concurso esta actividad en las que se valora, por ejemplo, la 'falta de experiencia' para sumar puntos para pescar este recurso".

Indignados, pescadores como Juan Bautista Vicente Romero, Juan Francisco Vicente Patiño, Serafín Rubio Collazo o José Ángel Somoza Eiras se oponen a que en la cofradía "quieran facilitar la llegada de otros expulsándonos a nosotros de una pesca en la que llevamos trabajando toda nuestra vida".

De ahí que lamenten que no se tenga en cuenta el carácter histórico de la actividad, "intentando ningunear el trabajo de más de cincuenta años en los que se mejoró la pesca de la solla y su sostenibilidad".

En este sentido, hacen hincapié en que "durante más de veinte años hemos colaborado con los técnicos y biólogos de la Administración en el estudio de la sostenibilidad de la pesca de esta especie, con aportaciones y trabajo de campo básicos para tener conciencia de la realidad de este recurso".

Además, este colectivo integrado también por Manuel Vidal Alcalde, Manuel Vidal Galbán, Jorge Rubio Collazo y Paula Comojo Moares, incide en que capturan el citado pez plano "durante cinco meses y medio del año para ganar un sueldo que, a veces, no conseguimos llevar a casa".

Y dicho esto cargan de nuevo contra la cofradía al decir que "desprecia un principio consolidado en la gestión de la pesca como es el de los derechos históricos y que sirve de regla en todas las pesquerías, incluido el marisqueo, y es aplicado a nivel internacional".

Para denunciar el "trato feudal" de aquellos que, supuestamente, quieren apartarlos del Ulla, marineros y armadores como José Luis Silva, Obdulia Conde Rañó, Eloy Vidal Galbán, Vanesa Pérez Abuín y Joaquín Rubio Gómez dicen también que han tenido que soportar "lamentables acusaciones", a pesar de formar parte de "un colectivo impoluto, sin una sola incidencia en todos estos años".

En definitiva, que condenan enérgicamente "esta forma de atacarnos e intentar desacreditarnos, a pesar de que por nuestro trabajo siempre hemos sido respetados y apoyados por todos".

La solla es un producto abundante en Galicia que tiene una importante presencia en las lonjas arousanas, aunque lógicamente sin llegar a los extremos de otras especies mucho más populares.

Prueba de ello es que en lo que va de año se comercializaron en Galicia 27 toneladas, por valor de 114.000 euros; y de esas cantidades nada menos que 10 toneladas y 58.000 euros correspondieron a su venta en la ría.

Destaca la rula de Ribeira, donde vendieron cuatro toneladas (24.000 euros), Cambados, que se acercó a las tres toneladas y Rianxo, que superó las dos tonelada de solla. Incluso en la rula de O Grove se despachó algo de producto (800 kilos). Su precio máximo hasta ahora se sitúa en torno a los 17 euros por kilo.

Para entender mejor el papel que desempeña este pez en Galicia, hay que decir que el año pasado se comercializaron en la comunidad 47 toneladas (176.000 euros), también con un precio máximo de 17 euros por kilogramo.
 
El "rastro da solla" es empleado desde pequeñas embarcaciones que suelen utilizarse también en el río Ulla y la ría de Arousa para el marisqueo a flote. Son dos o tres tripulantes a bordo de cada una de esas naves los que salen a faenar en la zona comprendida entre la isla vilagarciana de Cortegada y las inmediaciones de Catoira, capturando con sus aparejos tanto solla como lenguado y rodaballo, entre otras especies. La pesca de la solla está regulada por la Consellería de Medio Ambiente, que establece una talla mínima de 25 centímetros.

De esta especie, abundante y bien valorada, puede decirse que llega a alcanzar el medio metro de longitud y se distingue de la platija o solla de altura por su cuerpo ovalado y asimétrico. Tiene color pardo-oliváceo, frecuentemente punteado con manchas oscuras y claras; la cara inferior de la solla es blanca.

Se reproduce en primavera y habita "fondos arenosos de hasta 40 metros de profundidad, soportando bien las diferencias de salinidad, por lo que puede internarse en los ríos", explican los técnicos. Se captura habitualmente al trasmallo o también a pie, con espejo y útiles de pesca por ensarte.


Fuente: Faro de Vigo

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