La sequía, hasta ahora centrada en San Andrés de Xeve y otros puntos del rural, ya tiene impacto en la ciudad. El nivel del Lérez, de 3 metros hace un año, ahora solo llega a 0,50. Además, Poio, Marín y Bueu demandan más agua de la habitual al haber bajado sus propios recursos hídricos. Así que ayer el Concello anunció una amplia batería de medidas para hacer frente a la situación, entre ellas, pedir a Ence que restrinja su consumo y que deje de tirar agua. «A día de hoxe aínda está soltando auga polo aliviadeiro en Monte Porreiro», señaló la concejala Carmen da Silva. La ciudad también pondrá fin a los baldeos de calles, reducirá el riego de jardines y se surtirá del embalse del Pontillón. Todas estas medidas garantizarán el consumo doméstico.
Cuatro grupos de electrobombas elevan, a la altura de Monte Porreiro, 180 litros de agua del Lérez por segundo hasta la estación potabilizadora situada en la carretera de Xeve. De estos grupos uno se mantiene en reserva y tres funcionan habitualmente. Pero ahora solo pueden operar dos por el bajo nivel del río y con una reducción del rendimiento del 40%.
Pontevedra y demás municipios de la ría están consumiendo del orden de 321 litros por segundo en los primeros días de octubre. Así que el Concello decidió echar mano del embalse de Pontillón de Castro, cerrada desde mayo en previsión de sequía y capaz de aportar entre de 100 a 140 litros por segundo.
No fue la única medida anunciada ayer. El Concello pondrá fin a los baldeos de calles mientras persista la falta de lluvias y restringirá los riegos de jardines, eso sí, sin cerrar el grifo del todo para no perder especies de gran valor y difíciles de recuperar.
Además, pidió a Sanxenxo que en la medida de lo posible se surta de la traída del Umia y a Ence que funcione con menos agua. Según explicó Carmen da Silva, la factoría puede seguir adelante con su actividad ya que lo que se le ha pedido es solo una reducción «paulatina».
La concejala señaló que en las últimas fechas la conducción de Ence, que toma el agua en Bora, es decir, más arriba de donde se capta el agua para abastecimiento de Pontevedra, seguía tirando líquido por el aliviadero de Monte Porreiro, agua «que non necesita» para su funcionamiento.
Aparte de dirigirse a la pastera, el Concello cursó ayer idéntica solicitud a Augas de Galicia al entender que es la entidad competente para «cursar unha orde» a Ence restringiendo su gasto de agua.
La concejala recordó que los consumos para abastecimiento doméstico tienen prioridad sobre riegos y usos industriales. También subrayó que el consumo de la factoría se sitúa, según datos de Medio Ambiente, entre 9 y 14 millones de metros cúbicos por año (cada metro cúbico contiene mil litros) y supera el gasto de los municipios de la ría.
Además, reprochó a la pastera que no se hubiese autolimitado ya. «A día de hoxe a min paréceme incomprensible que Ence aínda non reducise a cantidade de auga que consume», señaló. Este reproche se extendió asimismo a Augas de Galicia por no adoptar medidas pese a que, según dijo, era «coñecedora» de los bajos niveles del Lérez.
La concejala indicó finalmente, a preguntas de los informadores, que si Ence no restringiese el consumo sería objeto de sanción por Augas de Galicia. No obstante, recordó que esta situación no se dio «nunca» ya que la pastera siempre limitó el consumo en estas situaciones.
El cauce del río bajó un mero en solo tres días, según datos ofrecidos ayer por el gobierno local en base a los informes de la adjudicataria del servicio de agua. Lo peor es que además no se prevén lluvias «importantes» en los próximos 15 días. De no actuar, habría «problemas» con el suministro de agua tanto a Pontevedra como al resto de los concellos de la ría que beben del Lérez. De ahí la batería de medidas adoptadas que ya tuvieron algún efecto por la tarde ya que, pasadas las 16 horas, el aliviadero estaba seco.
Ayer mismo comenzó a limpiarse asimismo la tubería que baja del Pontillón a la potabilizadora para comenzar el suministro desde el embalse para suplir el bajo nivel del río. Desde el ayuntamiento se pidió a los ciudadanos que colaboren con la limpieza viaria al suprimirse los baldeos. También se ofreció agua gratis a zonas del rural que puedan estar sin abastecimiento al igual que ya se hizo con San Andrés de Xeve. En este último caso es la Xunta quien paga el transporte de las cisternas, que costaba 400 euros el viaje.
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