Lo que parecía ser una tranquila jornada de pesca se convirtió en la alegría de toda una familia al conseguir capturar Francisco Sampedro una robaliza de nada más y nada menos que seis kilos. Este vecino de Aguiño salió, como de costumbre, a practicar una de sus aficiones favoritas cuando se percató de que un pez muy grande tiraba de su caña. Haciendo toda la fuerza que pudo consiguió sacar del agua lo que resultó ser un tremendo robalo que ya está en el congelador de su casa. A sus allegados se les hace la boca agua imaginando el festín que se van a dar cuando la cocinen. Se guardará, eso sí, para una ocasión especial y aunque del pescado no quedarán ni los restos, lo que se conserva para el recuerdo es la foto de Francisco con su tesoro de gran pescador.
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