Nadar entre atunes rojos, una nueva propuesta turística

El 'Tuna Tour', una novedosa propuesta para ver de cerca cómo se cría el atún rojo en el Mediterráneo

El Grupo Balfegó propone una novedosa actividad turística ecológica en aguas de L’Ametlla de mar: nadar con atunes rojos en una de las piscinas de la compañía.

El público podrá disfrutar del nado con atunes rojos en pleno mar Mediterráneo hasta octubre próximo.

La empresa promociona la experiencia como increíble, ya que los atunes son depredadores naturales pero inofensivos para las personas y en ningún caso son agresivos.

Balfegó se dedica a la pesca controlada del atún rojo en el Mediterráneo y su posterior conservación y cría en el mar en piscinas ubicadas en L'Ametlla de Mar, donde engorda los ejemplares que pesca durante un mes al año hasta que alcanzan la calidad adecuada para su exportación al mercado japonés, fundamentalmente.

El Tuna Tour consiste en una excursión marítima a bordo de un catamarán desde el puerto de L’Ametlla hasta las piscinas de acuicultura de Balfegó, ubicadas a unas 2,5 millas náuticas de la costa (alrededor de cinco kilómetros).

Allí, los turistas conocen cómo es el proceso de alimentación, control y cuidado del atún rojo, y tienen la posibilidad de nadar entre estos peces.

La firma invirtió alrededor de 1 millón de euros para construir el catamarán y pagar varios sueldos.

Se espera que aprovechen mensualmente esta actividad turística unas 7.000 personas.

“El objetivo del Tuna Tour es mostrar, a través de un tour marítimo, la historia, la pesca, el cuidado, la investigación y el valor gastronómico del atún rojo, pero sobre todo, un modelo de empresa sostenible y responsable con esta especie”, explica Nuria Chertó, responsable comercial de Grupo Balfegó.

Para completar esta experiencia, Balfegó organiza anualmente la Semana del Tuna Tour, que promociona visitas guiadas a los barcos atuneros, actividades gastronómicas con chefs de renombre y pruebas deportivas de natación de resistencia.

Los seis barcos del Grupo Balfegó son los únicos que pueden pescar el atún rojo en España mediante el arte del cerco. Esta flota permanece amarrada 11 meses del año en el puerto de L'Ametlla de Mar.

La organización no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) denunció en 2006 que se pescaban entre 50.000 y 60.000 toneladas de atún rojo, casi el doble de la cuota establecida por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT), de 32.000 toneladas.

El Comité Científico de este organismo mencionó a las flotas francesa, italiana, turca y libia como las más implicadas en la pesca ilegal.

Ese mismo año, el ICCAT estableció un nuevo plan de gestión para el atún rojo que autorizaba la captura de 29.500 toneladas, el doble de recomendada por los científicos.

Desde entonces, la pesquería se ha ido restringiendo, a través de reducciones de la temporada de pesca y de la cuota total, que en 2010 se fijó en 13.500 toneladas.

A los buques españoles les corresponden sólo 2.413 toneladas, que debe repartir entre las diversas artes de pesca: con caña, almadraba con redes, cerco e hilo de aguja, entre otras legalizadas.