Prácticamente uno de cada cinco kilómetros de la franja costera de Galicia ha perdido su perfil original y ha sido alterado por el hormigón, edificaciones y urbanizaciones. La organización ecologista Greenpeace cifra en un 19 % el espacio costero gallego destruido en los primeros 500 metros frente al mar, nivel que la convierte en la sexta comunidad que menos respeto guarda por su litoral.
En su informe anual sobre el estado de la costa, Greenpeace traza un panorama negro sobre la situación del litoral de Galicia, pese a constatar que es la única autonomía donde la recuperación de espacios junto al mar ha servido para neutralizar el volumen agredido. Durante los años de máxima expansión urbanística (1987-2005) el área recuperada en la provincia de A Coruña fue suficiente para absorber el 8 % de costa destruida en Lugo y el 4 % de Pontevedra.
Pese a ese equilibrio, Galicia está presente en la lista negra de los 25 municipios más destruidos de España, consideración que se otorga a Sanxenxo atendiendo al volumen de la superficie artificial de todo el municipio y en los primeros 500 metros de su franja litoral, su índice de crecimiento urbanístico y el riesgo de perder suelo natural en la costa por actuaciones previstas y la subida del nivel del mar, que según Greenpeace llegará en la comunidad gallega a alcanzar los 35 centímetros en los próximos años.
El informe recalca que en Sanxenxo las Administraciones públicas solo son titulares del 0,55 % del suelo de su franja costera, por lo que todo lo demás ha sido desarrollado urbanísticamente. Añaden que la lentitud en el deslinde de Sanxenxo hizo que no quedaran claros sus límites constructivos, llegándose a invadir zona de playas. El informe presentado ayer pone como ejemplo las multas que por ese hecho recibió la constructora del exalcalde y ahora diputado del PP Telmo Martín.
La burbuja inmobiliaria dejó en la costa de Galicia su mayor nivel destructor en Cangas, Rianxo, Fisterra, Muros y Ferrol, mientras que 33 municipios gallegos figuran entre los 155 que menos zona costera han urbanizado de España.
No ocurre lo mismo con Nigrán, que tiene hasta el 71 % de su franja litoral ocupada, como también destaca el estudio por la huella portuaria e industrial el caso de Vigo y Pontevedra, que solo conservan sin alteraciones el 30 % de su suelo, porcentaje que en A Coruña se sitúa en el 31 y en Fene en el 32.
Los desperfectos causados en la costa española supusieron el año pasado al erario público alrededor de 140 millones de euros, según las cuentas que ayer presentó Greenpeace con su informe Destrucción a toda costa 2013. La organización ecologista estima que en la franja de los primeros 500 metros frente al mar la burbuja inmobiliaria se llevó en España cada día dos hectáreas entre 1987 y el 2005. El estudio cifra en un 23 % el volumen de suelo costero ya urbanizado, cantidad que llega al 43 en la zona mediterránea. La Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias son de hecho las autonomías donde la costa se ha destruido más rápido. El bum inmobiliario hizo desaparecer en ocho años casi tres cuartas partes del litoral de las provincias de Castellón y Valencia y pese a la ralentización inmobiliaria, Greenpeace advierte que de continuar con el ritmo de los últimos años, en el 2030 todo el Mediterráneo estará urbanizado.
Asturias, el País Vasco y Cantabria son en cambio las áreas mejor cuidadas a juicio de los ecologistas, que dan a Ispaster (Vizcaya), Caravia (Asturias), Albuñol (Granada) y Fuencaliente (La Palma) el título de localidades con el litoral menos alterado.
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